Saturday, December 26, 2015

La economía Boliviana en el siglo XXI: Socialista o capitalista?





Hace un año me tocó estar de visita en una universidad en Canadá justo cuando Evo Morales fue re-elegido por segunda vez.  En conversación con un catedrático en economía él opinó: “Evo Morales ha comprobado que el socialismo funciona.”   En total contraste, hace un mes he vuelto de otro viaje a mi hogar en Rurrenabaque para encontrar a toda la gente deprimida por la terrible baja en el turismo que hemos sentido aquí los últimos dos años.  Me encontré con una amiga, dueña de un restaurante, y me dijo: “Es culpa del socialismo, no está funcionando.”

Los dos puntos de vista me dejaron “seco” ya que personalmente no veo que el  socialismo sea el sistema reinante en Bolivia, especialmente en términos económicos.  Si es el caso, ¿hasta qué punto se le puede atribuir lo bueno o lo malo de lo que viene ocurriendo en los últimos años? 
Surgen otras preguntas sobre el modelo económico:  Da la impresión que le ha ido mejor a Bolivia que a Venezuela en los últimos años.  ¿Será que Bolivia ha sido más eficiente que Venezuela en su “movimiento al socialismo”?.  ¿O será lo contrario, que en Bolivia se han hecho relativamente pocos ajustes y seguimos más bien en un escenario neoliberal populista?  ¿O será que tenemos un sistema económico que no encaja a cabalidad en estos modelos económicos y 
políticos aparentemente contrapuestos?

Como yo me crié en la época de los gobiernos militares de derecha de Bolivia de los años 70’ siempre me ha interesado el tema, pues en su momento los dictadores justificaban su permanencia en el poder a todo costo por considerarse el  último bastión frente a la “amenaza” del comunismo o socialismo.   A través de los años he tenido la suerte de poder conocer por lo menos 14 países, que los gobiernos se autodenominaban socialistas, o que yo considero que eran socialistas o que tenían fuertes componentes socialistas, de los cuales compararé algunos más abajo. Puedo asegurar que existe una gran diferencia en cómo se plasma el socialismo en el terreno.   En algunos países les iba muy, pero muy bien y en otros les iba muy, pero muy mal. ¿Qué tenían en común los países donde les iba bien?  ¿Qué tenían en común los países donde les había ido mal? ¿Dónde cae Bolivia en esta comparación?
Entre los países con gobiernos “socialistas” que he conocido donde les iba muy bien incluyo a Suecia, Noruega, Finlandia y Dinamarca.  Frecuentemente salen comparaciones de calidad de vida y estos países reiteradamente se encuentran entre los primeros puestos en el mundo.  En cuanto a sistemas de educación, salud, transporte público, estado de derecho, transparencia y casi cualquier variable deseable están entre los primeros.  Algunos argüirían que es porque son países ricos.  Pero no siempre fue así.  Suecia y Noruega tuvieron mucha pobreza hace más de 100 años y mucha gente migró hacia los EEUU y Canadá.  Luego, a pesar de haber logrado niveles envidiables de desarrollo hace décadas, siguen con fuertes componentes socialistas.
Por ejemplo en un mismo viaje en 1986 visité a Finlandia y a un pedazo de la Unión Soviética.  Finlandia había sido en su momento una suerte de colonia del Imperio Ruso.  Sin embargo, cuando yo visité no había comparación entre ambos países, todo estaba mejor en Finlandia, inclusive en comparación con Leningrado (ahora nuevamente San Petersburgo) que en su momento era una de las ciudades más ricas del mundo.  El viaje lo hacía como un turista joven, entonces no puedo alegar un alto grado de rigor.  Sin embargo uno no necesita ser científico social para reconocer dónde a la gente le va bastante bien, y en contraste dónde las cosas no van bien, y por ejemplo escasean las cosas, en particular alimentos básicos.  Era una época en la URSS, en la cual la gente al ver una cola primero aseguraba su lugar, y luego preguntaban para qué artículo era la cola.
Los países “socialistas” donde les iba peor en el momento de mi visita eran Tanzania y la República Popular del Congo.  Algunos dirán “no puedes comparar países africanos con escandinavos.”  Mi respuesta es que sí puedo, porque todos dicen regirse por principios socialistas.  Además, rasgos que primero noté en Tanzania los he visto repetirse en otros países que han optado por una vía socialista.  Por ejemplo era sumamente difícil encontrar alimentos en ese momento en Tanzania, era 1983, y el presidente Nyerere lideraba un proceso de “Socialismo Africano.”  Escaseaba combustible y todo tipo de artículo necesario para el bienestar de la gente.  El gobierno intentaba controlar el precio de todo, oficialmente todo era barato, pero en la realidad no se conseguía nada. 
Estábamos viajando por autoestop (al dedo) y había tan poco movimiento que a veces tuvimos que esperar días hasta que nos recoja alguien, pero luego nos daba la oportunidad de hablar con los choferes.  Decían, por ejemplo, que en Tanzania había fábrica estadual de llantas para camiones, pero el camionero no podía conseguirlas en el mercado local, porque el gobierno exportaba todo lo que producía para generar divisas.  Los choferes tenían que comprar, muy caras, llantas traídas por contrabando de Ruanda, las que fueron producidas en la misma Tanzania.
Cosas similares observamos en Cuba cuando en el año 2000 con mi esposa pasamos unas semanas explorando la isla en auto alquilado.  Hay un dicho que los tres éxitos de la revolución cubana fueron salud, educación y deporte y que los tres fracasos habían sido desayuno, almuerzo y cena.  Tengo una memoria de mi papá en 1968 comentando con desacuerdo un artículo de prensa sobre los primeros 10 años de la revolución cubana.  Lo que no le parecía bien era que había más hectáreas bajo tabaco y caña de azúcar que antes de la revolución, porque el gobierno necesitaba divisas.  Mi papá pensaba que la primera prioridad debería ser alimentos para la población cubana.
32 años más tarde seguía una situación similar.  En el auto, además de pasar grandes extensiones de caña y tabaco, pasamos extensas plantaciones de mango en unas zonas y plantaciones de naranja en otras zonas que extendían kilómetros y kilómetros.  Nos cruzábamos en la carretera continuamente con gran maquinaria de cosecha de caña y grandes camiones cargando fruta hacia ingenios.  Sin embargo, en los mercados locales, con moneda local, no se conseguía ni mangos ni naranjas, porque todo era destinado para exportación de jugos a Canadá en “joint venture”.
Había combustible para la maquinaria cosechadora y transportadora de fruta hacia los ingenios, pero no había suficiente combustible para el transporte interregional de la gente.  En cada cruce de carretera había montones de personas intentando viajar a dedo.
Visitamos un mercado “campesino” en Pinar del Río (zona sumamente fértil) donde en 20 puestos había un total de cinco productos y en bajas cantidades: frijol seco, arroz, cebolla, ajo y tomate.  A la salida del mercado comenzaba una cola de una cuadra para comprar pan.  La isla de Cuba tiene grandes extensiones de suelos muy productivos con un clima favorable pero en el momento que visitamos era difícil conseguir alimentos suficientes, los ciudadanos tenían que contentarse con lo que el gobierno tenía en sus almacenes, claro, a bajo precio, pero sin alternativas, en cantidades mínimas y muchas veces haciendo colas largas.  Nosotros teníamos que alojarnos en hoteles para extranjeros.  Ahí, pagando en dólares conseguíamos de todo, pero no así la gente local.
El día que volvimos a Bolivia luego de ese viaje por Cuba me tocó ir por la zona del Mercado Rodriguez y el contraste no podía ser mayor.  Daba la impresión que Bolivia reventaba con alimentos: fruta de todo tipo, verdura de todo tipo, pirámides de huevos y carne de todo tipo, todo de excelente calidad y destinada a la población local.  En las aceras no cabía tanto alimento y rebalsaba a la calle. Era común ver la gente cuidando los puestos, con vestimenta pobre, pero “morfando” un chicharrón, un jugoso picante de pollo o untándose la cara con un fricasé.  En otras palabras estaban comiendo exactamente lo que querían comer.
¿Cómo puede ser que unos países socialistas tengan la mejor calidad de vida en el mundo, y otros tengan que pasar buena parte del día buscando comida?  Claro está que depende de la definición que se tiene de socialismo y con qué prioridades se aplica.  Al comparar diferentes diccionarios y otras fuentes parece haber  coincidencia importante en la siguiente definición del socialismo:

El Socialismo es un sistema de organización social y económica que se basa en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y se propone como meta que progresivamente las clases sociales desaparezcan.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/politica/socialismo.php

Entre sus máximas más destacadas, el socialismo se destaca por promover la regulación de todas las actividades económicas y sociales por parte del estado y la redistribución de los bienes.

... via Definicion ABC
http://www.definicionabc.com/politica/socialismo.php

Considero que esta definición es esencialmente marxista y veo inmediatamente que los países con gobiernos “socialistas” que he conocido caen en dos grandes grupos: 1. Países que tomaban esta definición como su norte 2. Países que tenían otras prioridades.   Aquellos países donde las prioridades están en las líneas marxistas de apropiación estatal de los medios de producción y el control directo de los procesos económicos no les han ido tan bien. El gran supuesto es que al controlar centralmente la economía se va a beneficiar la clase obrera, los campesinos  y otros sectores de menos recursos.  En mi experiencia ese supuesto no se ha dado y en mi opinión es que dejando a un lado cualquier contraste entre las revoluciones en diferentes países, tarde o temprano el bienestar de los ciudadanos pasa a segundo plano.  En estos países la prioridad parece ser la manutención (el bienestar) del aparato estatal y por extensión la permanencia en el poder de los gobernantes.  Siempre hay un enemigo externo que justifica la permanencia en el poder de los líderes actuales y siempre se intenta culpar a ese mal externo por cualquier inconveniente que haya.
En contraste, en los países escandinavos donde las cosas han salido bien con gobiernos “socialistas” la apropiación de los medios de producción no ha sido una prioridad. Por ejemplo en el caso de Suecia, los gobernantes nunca intentaron ser dueños de Volvo, Saab o cualquier otra gran empresa sueca.  En Finlandia nunca hubo intención de nacionalizar a Nokia, que en su momento era una de las empresas privadas que significaba mayor porcentaje del producto interno bruto de un país. La gran diferencia con relación a los gobiernos Marxistas, es que el estado no trata de ser dueño de todo, pero sí cobra impuestos muy fuertes.  En estos países todas estas empresas y sus trabajadores pagan fuertes impuestos (los que reciben muchos ingresos llegan a pagar más del 50% en impuestos).  Pero en el momento de necesitar educación y atención médica, es gratuita y es de la mejor calidad.  El transporte público no es gratuito, pero es fuertemente subvencionado por el Estado y es de la mejor calidad.  La preservación de la naturaleza y manutención de la calidad ambiental es de muy alta prioridad.  En esos países  la prioridad ha sido y sigue siendo el bienestar de la sociedad, no el bienestar del aparato estatal ni el protagonismo de los gobernantes.  ¿Quién se acuerda de un solo presidente o primer ministro de Suecia, Noruega, Finlandia o Dinamarca?  En efecto sus prioridades conducen a un “Buen vivir” para toda la sociedad.  Algunos clasifican a estos países no como socialistas, sino como estados de bienestar (en inglés welfare state).
Ya hablando de estados de bienestar puedo incluir entre los que he conocido a Alemania, Canadá y Francia y en nuestro continente apenas a Costa Rica.  Este último es un caso interesante ya que hace dos generaciones decidieron deshacerse de cualquier fuerza militar y dedicar esos recursos a la salud y a la educación.  No podría haber más contraste con los países vecinos  donde la violencia  reina y las economías no funcionan adecuadamente.  Con estas prioridades Costa Rica nuevamente encabeza las listas de bienestar social y conservación de valores ambientales en toda Latinoamérica.  Sus vecinos están entre los más pobres y violentos del hemisferio.
Volviendo a los países con gobiernos “socialistas” donde la prioridad es el bienestar del aparato estatal o la permanencia de los gobernantes de turno, me pregunto si deberían llamarse socialistas, o más bien estatistas, o caudillistas.  Mientras nadie se acuerda de un mandatario escandinavo, todo el mundo conoce a los Castros, Chavez, y Morales.  
Retomando el tema central, ¿cuál es el verdadero sistema económico en Bolivia?   Evo Morales declaró en la reciente cumbre ambiental en Tiquipaya que el capitalismo es cáncer para la Madre Tierra.  Y frente a la ONU declaró “tenemos la obligación como autoridades electas en nuestros países de acabar con el sistema capitalista”. Antes de entrar en la discusión incluyo una definición del capitalismo de la misma fuente anterior.

El capitalismo es el nombre con el cual se denomina al régimen económico que está basado en el predominio del capital, como elemento fundamental de la producción y el responsable de la creación de riqueza, y en el cual el estado apenas tiene participación. En el capitalismo, la producción de capital en forma de dinero o riquezas es el principal objetivo.

... via Definicion ABC http://www.definicionabc.com/economia/capitalismo.php

Yo agregaría que un sistema capitalista, el mantenimiento de ese capital se torna una prioridad importante, inclusive muchas veces más importante que el bienestar de los trabajadores.
 ¿Será que el Movimiento al Socialismo está acabando con el capitalismo en Bolivia,  y encaminando el país hacia el socialismo? y si es así, ¿hacia cuál de las dos modalidades de socialismo que he mencionado?  Aquí considero que hay dos respuestas, la realidad en el terreno, y el discurso del gobierno.  
En la práctica considero que el sistema económico que predomina en el país es un capitalismo articulado en torno a la familia.  Como sabemos existen dos sectores en la economía boliviana, uno formal y otro informal, siendo este último probablemente más grande, en términos de la población que articula y el volumen de capital que representa.  En ambos sectores se trabaja principalmente en líneas familiares (ya sea inmediata o extensa).  El transporte público (minibuses, flotas y taxis) en el país es claramente una actividad económica capitalista con base familiar. El comercio obviamente funciona en líneas de familia tanto con capitales grandes (importadores de autos, maquinaria, ropa usada, etc) como pequeños (vendedores en los mercados).  El sector de construcción y bienes raíces (incluyendo arriendos o alquileres) que aglutina importantes capitales está organizado en líneas familiares.  En El Alto es común ver edificios de varios pisos, de miles de metros cuadrados.  Cada uno representa un capital de 500.000 dólares a varios millones.  No hay cienes de estos edificios, hay miles, y sólo contando en El Alto.

El Papa transitando la ciudad de El Alto.  A media distancia edificios de 6 a 8 pisos.  Foto AFP.
Es posible que la economía de El Alto sea el ejemplo más puro de esta forma boliviana de capitalismo.  Se tiene calles que se especializan en cualquier producto que se pueda necesitar.  Hay una calle que se especializa en elaborar parrillas para jeeps, hay otras calles que se especializan en repuestos usados, inclusive hay sub-especialización por tipos de repuestos.  Todo este sistema de manufactura y comercio está organizado como un sistema capitalista en torno a la familia extensa.  Por ejemplo yo necesitaba transportar un perro en avión.  Me mandaron a la calle de las veterinarias, y ahí pude escoger entre 10 tiendas con variedades de jaulas, pero esas 10 tiendas no pertenecen a 10 familias sino a 3 o 4, pues algunas familias manejan más de una tienda. 
En otro ejemplo necesitaba una carpa para un vehículo con especificaciones especiales y encontré una calle en El Alto donde se especializan en las carpas de camión.  Hice el pedido en una tienda, fue elaborada en otra tienda, y pagué en una tercera, todas aparentemente de una misma dueña.  Aquí vale aclarar que muchas veces cuando uno indaga un poco en este sector informal de la economía, resulta que es una dueña la que toma las decisiones y cuida del capital.  O sea, un aspecto importante, y muy interesante, de este sistema de capitalismo boliviano es que muchas veces las mujeres tienen posiciones de poder, o mínimamente de responsabilidad en el cuidado del capital.
Irónicamente el vice-presidente García Linera quien ha hablado y publicado sobre un “capitalismo andino-amazónico” lo ve como un sistema transitorio a algo mejor, un socialismo comunitario.  Discrepo con García Linera en varios aspectos de este tema.  Primero, este sistema actual no tiene nada que ver con el socialismo ni se mueve hacia el socialismo porque se trata de un sistema donde los dueños del capital son algunas familias, que buscan maximizar sus ganancias para beneficio privado, lo cual hacen exitosamente pues – tanto a nivel formal como informal – mueven cada vez más grandes capitales.  El capitalismo informal de asiento familiar es muy “eficiente” en el sentido económico porque cuando una persona en Bolivia necesita algo lo consigue en casi cualquier lugar, cuando quiere y a un precio congruente.  Buena parte de esa “eficiencia” es que tiene muy bajo overhead: invierte poco o nada en la sociedad (impuestos)  y no invierte nada en sus trabajadores (aportes a fondos de jubilación, seguros de salud o ahorros a nombre de los empleados).  Si alguien se enferma es la familia que se encarga, no porque el trabajador lo tenga como derecho formalmente, sino como un favor de la familia. 
 
En cambio en Venezuela, donde ha habido mayor esfuerzo de controlar la economía por parte del Estado hay menos eficiencia.  Como ejemplo pongo el caso de los pañales desechables.  Entiendo que los pañales son uno de los artículos que más escasea en Venezuela, se controla el precio, hay que hacer cola, se consiguen en bajas cantidades o son muy caros en el mercado paralelo.  En contraste la tiendita de mi barrio los tiene siempre disponibles.  He visto una niñita que aún no habla y apenas camina, entrar kalancha (desnuda en Aymara) a la tiendita con dos pesos para comprarse un pañal.  O sea cuando se necesita un artículo se lo consigue sin problema.  Ahora, ni la dueña de la tiendita ni la familia de la niña tendrá seguro social, si se enferman es responsabilidad de cada familia. 

Oficialmente es gratuita la atención a madres y pequeños niños, pero en este pueblo (Rurrenabaque) hay que hacer cola a las 5 de la mañana para conseguir ficha en controles rutinarios, y cuando el problema es agudo, el sistema de salud no abastece, en lo mínimo. 
La economía capitalista informal de asiento familiar no paga impuestos y no invierte en el Estado:  a su vez el Estado tampoco cuida de los trabajadores bajo este sistema y al tener recaudación baja, ofrece malos servicios de salud y el sistema de educación público es pésimo. El sistema que no invierte en la sociedad ni en el individuo bajo ninguna circunstancia puede considerarse socialismo.

En segundo lugar, este sistema económico no tiene ni una pizca de “amazónico”.  Radico en la amazonia y allí la economía de comercio, construcción, transporte y bienes raíces (incluyendo el tráfico de tierras consideradas con potencial agrícola) está en manos de familias “Andinas”.  No refleja las principales dimensiones de la economía amazónica tradicional, en la cual la acumulación de capital no es un fin, sino más bien la subsistencia y la reproducción económica y cultural, que dependen ambas del acceso a recursos naturales y a servicios ambientales de calidad. Por ejemplo las dos familias más acaudaladas que viven en Rurrenabaque desarrollan sus actividades económicas dentro de ese modelo, y están emparentadas entre sí.  Ambas provenientes de la región andina, comenzaron con ferreterías, luego transporte pesado y en los 20 años he observado directamente que han ampliado tremendamente sus negocios a los bienes raíces, alquileres y hotelería.  Todo esto aparenta ser con capital y trabajo de la familia.   Vale aclarar que en ningún momento este tipo de capitalismo quiere decir que no trabajan.  Un día feriado como navidad, trabajan todo el día, como cualquier otro día.
Calle de economía informal en Rurrenabaque.  Todas las casas de material se han construido en los últimos 10 años.

En contraste la mayoría de la población local de ascendencia indígena de tierras bajas, aun si ya desarrolla actividades en articulación con el mercado (comercio de sus productos agrícolas, ecoturismo, servicios de transporte local), en pocos casos está acumulando capital, o lo hacen a pequeña escala. 
Que la economía informal esté organizada en base a capital dentro de familias no sorprende a nadie. Menos comentado es que la economía formal también se organiza en base a capital familiar.   No tengo cifras, pero el mercado bursátil parecería ser relativamente insignificante y las SRL y Sociedades Anónimas de las cuales yo tengo conocimiento son dominadas por familias.  Es más, leí recientemente un perfil de Bolivia, publicado en 1972[1] que describía que la economía antes y después de la reforma agraria operaba por líneas familiares y/o de padrinazgo.  Y este continúa siendo el sistema económico predominante y se viene reforzando por generaciones. 

El capitalismo que vengo describiendo, si bien tiene raíces históricas, despegó con las medidas neoliberales comenzando en 1985 y ha venido creciendo y fortaleciéndose entre 1985 y 2005, y diga lo que diga el gobierno, el ambiente neoliberal de competencia capitalista parece haber ganado fuerza en los últimos 10 años (2005 a 2015). 

A nivel del discurso, por lo menos de García Linera, el gobierno sería cada vez más dueño de los medios de producción.  Sin embargo en 10 años ha habido relativamente poco avance en esto.  En lo que he experimentado directamente ENTEL, ENDE y SABSA (administración de aeropuertos) son las principales empresas que se ha renacionalizado por completo.  He leído que en total hay 19 empresas del Estado o en vía de nacionalizarse.  La situación actual de cada proceso de nacionalización no está claro, parece que en la mayoría de los casos se ha establecido un precio, pero que el Estado no ha pagado todavía.  Luego hay otras industrias puntuales, como el ingenio azucarero de San Buenaventura, que es del Estado, se ha invertido 190 millones de dólares y ha producido exactamente un quintal de azúcar.

Si bien YPFB ha crecido mucho, la explotación del petróleo se hace siempre en “joint venture” con empresas capitalistas extranjeras, que siguen operando en el país y que siempre se incluyen en propuestas de futura exploración.  La famosa nacionalización de los recursos petroleros era más bien una renegociación de contratos donde el Estado boliviano se quedaba con un pedazo más grande de la torta de los ingreso, no siempre de las acciones.  Esto, combinado con el aumento del precio del petróleo meniono más abajo significó un gran aumento de ingresos a las arcas del Estado sin aumentar impuestos.  Sin embargo bajo esta modalidad las empresas extranjeras ya no han querido invertir en exploración.  Este tema ya ha sido muy comentado pero quería recordarles que el tema de nacionalización de la explotación petrolera no ha sido tan fuerte como piensan muchos, y podría tener que retroceder para permitir acordar nuevas exploraciones.

A 8 días de la declaración en Tiquipaya sobre el veneno que sería el capitalismo, Evo Morales estaba festejando su cumpleaños en el hotel Four Seasons de Nueva York, en un gran intento con el Financial Times (bastión histórico del capitalismo mundial) de atraer nuevos capitalistas internacionales a Bolivia.  No cabe duda que para que los actuales y futuros socios capitalistas se animen a invertir habrá que ofrecerles de nuevo un pedazo más grande de la torta. Cuando esto lo hacían los gobiernos oficialmente neoliberales, se calificaba de vender patria.  Ahora se lo explica como necesario, y que sería patriótico hacerlo.  Pero es exactamente la misma cosa a cambio de ese capital que quieren atraer, se vende un pedazo de la patria.

Adicionalmente a las nacionalizaciones el gobierno ha decretado e implementado una serie de medidas de redistribución de la riqueza (aumento del salario mínimo, implementación de aumentos salariales obligatorios y luego el segundo aguinaldo) que seguirían una línea marxista de acabar con el capitalismo.  Estas se han enfocado exclusivamente en la economía formal no siempre en concordancia con su real crecimiento y porcentaje de ganancia.  Estas medidas han obstaculizado la consolidación de la economía formal de los pequeños e incluso medianos empresarios, que no lograron internalizar los costos de estas medidas (frecuentemente asociadas a las épocas electorales), especialmente cuando enfrentan la competencia de la economía informal.  En otras palabras estas medidas no aplican a la economía informal, que genera capital sin tributar ni garantizar derechos mínimos a sus trabajadores.

Está claro que el actual gobierno no tiene ni la inclinación ni los medios para transformar esta economía capitalista familiar informal hacia un socialismo.  Hace unos 3 años había rumores de que el Congreso buscaba aprobar una ley estableciendo que cada familia podría tener una sola casa, y también limitando el tamaño del terreno urbano en el país.  Sin embargo no cabe duda de que si el MAS intentara nacionalizar los edificios de El Alto, o el transporte pesado, su gobierno no duraría ni  una semana en el poder. 

Entonces viene la pregunta.  ¿Si el sistema predominante en el país es el capitalismo familiar, pero el gobierno habría tenido políticas de desmantelar este sistema entonces a qué se debe la aparente prosperidad y estabilidad económica, en El Alto y en otras zonas comerciales del país?

En primer lugar está la gran incógnita del efecto del narcotráfico sobre la economía nacional.  Habito una de zona de transporte de cocaína, y hago frecuentes viajes por los sectores productores tradicionales de los Yungas y Apolo.  Para mi está claro que cada vez hay más producción de coca, y que cada vez más solventa y alimenta la economía informal de país. Pues toda la producción, industrialización, transporte y comercialización es a través del capitalismo familiar.  Cabe aclarar que en esta actividad hay familias alto andinas como también familias del oriente que se beneficians directamente.  Eventualmente llega a alimentar la economía formal y por ende las arcas del Estado, pero en forma indirecta.  Tampoco se sabe cuánto ingreso directo habría hacia el Estado, o por lo menos a sus funcionarios cuya responsabilidad es controlar y eliminar el narcotráfico.  Una gran ironía en términos económicos es que mientras más se controla el narcotráfico, más difícil se hace llegar el producto al mercado entonces más sube el precio del producto.  Es una máquina de hacer dinero.

En segundo lugar, porque ya se estaría acabando, es el tremendo boom de precios de materia prima que se experimentaron en el mundo entre el 2003 y el 2013.  En efecto, los precios de las materias primas fueron altos en los primeros 8 años del gobierno de  Evo Morales. Pero pocos entenderán realmente cuánto más altos estuvieron los precios.  Las siguientes figuras muestran que para el petróleo, el estaño, el oro, e inclusive el zinc, todos productos importantes para Bolivia, los precios han sido históricamente muy altos.  En general han sido varias veces más altos de lo que habían estado en las décadas anteriores.  En general el precio actual es menos del 50% de máximo de cada uno.
Precio referencial del petróleo en los últimos 15 años.  La línea roja indica la entrada de Evo Morales al poder.

Precio referencial del oro en los últimos 25 años.  La línea roja indica la entrada de Evo Morales al poder.

Precio referencial del estaño en los últimos 25 años.  La línea roja indica la entrada de Evo Morales al poder.

Precio referencial del zinc en los últimos 25 años.  La línea roja indica la entrada en el poder de Evo Morales.
Bolivia no solo es país exportador de estos productos, en ausencia de la industrialización, la exportación de los mismos representa un alto porcentaje del movimiento económico formal.  Por eso en estos años de bonanza en los precios internacionales el PIB (producto interno bruto) aumentó significativamente y también el PIB per cápita.  El Cuadro 1 muestra que oficialmente el PIB per cápita ha aumentado en un 129% entre el 2003 y el 2013, que es el último año para el cual pude encontrar datos para comparar países.  Sin embargo Bolivia no ha sido el único país que ha tenido un crecimiento notorio en el mismo periodo.  Todos nuestros vecinos latinoamericanos han crecido.  Agregué al cuadro también a los EEUU como referencia, porque tampoco dejó de crecer en esos años.  Incluyo también a Burkina Faso, pues aparte de haberlo conocido directamente, es un país pobre y que no tiene ningún producto minero o petrolero de exportación por el cual podría haberse beneficiado durante el boom de los precios de las materias primas de la última década.
He ordenado el cuadro en orden de crecimiento relativo durante el período.  Es así que Ecuador es el que más ha crecido en términos relativos en los 10 años (221%) y Burkina Faso lo menos (36%). 
 

Producto interno bruto (PIB) per capita $us.
Aumento Relativo PIB per capita
(%) 

2003
2008
2013
 2003-2008
2008-2013
2003-2013
Ecuador
3300
7500
10600
127
41
221
Venezuela
4800
13500
13600
181
1
183
Bolivia
2400
4500
5500
88
22
129
Peru
5100
8500
11100
67
31
118
Chile
9900
14900
19100
51
28
93
Colombia
6300
8800
11100
40
26
76
Argentina
11200
14200
18600
27
31
66
Brazil
7600
10200
12100
34
19
59
EEUU
37800
46900
52800
24
13
40
Burkina  Faso
1100
1200
1500
9
25
36

Elaboración propia en base a http://www.indexmundi.com

A primera vista tres países de “socialismo en el siglo XX1”, Ecuador, Venezuela y Bolivia están en los primeros puestos, lo cual concuerda con la importancia de la exportación de hidrocarburos y otras materias primas para la economía de cada uno de estos países.  A segunda vista se ve que casi todo el crecimiento fue entre 2003 y 2008, y relativamente poco después del 2008.  Venezuela es el caso extremo habiendo aumentado 181% en los primeros 5 años y apenas un 1% en los siguientes 5 años. En este período Burkina Faso ha crecido más que Venezuela.  Estos datos son prueba de que su crecimiento tuvo mucho más que ver con el precio del petróleo, y poco que ver con el llamado “socialismo”.  El país que más se asemeja a Bolivia en términos relativos es Perú donde hay petróleo, pero donde la minería también es importante.  Tuvieron más crecimiento en el primer período debido al petróleo, pero también crecimiento moderado en el segundo período debido a la minería.  Cabe recalcar que en todo este período Perú y Bolivia han tenido gobiernos con discursos muy diferentes, pero aparentemente similares a nivel de políticas económicas y funcionamiento económico.

El cuadro da para mucho análisis con otros países vecinos pero es importante recalcar que la economía informal de Bolivia ni siquiera aparece en ese cuadro.  Toda esa economía vibrante en El Alto y los demás nodos de comercio en todas las regiones del país, los mercados, el transporte, la ganadería, agricultura, cooperativas mineras y narcotráfico no figuran oficialmente.
Entonces, más allá de algunas medidas redistributivas, las políticas neoliberales que permiten la acumulación del capital y que ignoran el rol del narcotráfico en las mismas han logrado mantenerse y consolidarse en Bolivia.  El modelo de capitalismo andino se ha consolidado además gracias a un contexto mundial de oportunidades maximizado por la renegociación de los contratos que permitió mayores ingresos por hidrocarburos, y que han contribuido a contar con una economía aparentemente estable.

En conclusión la economía en Bolivia sigue siendo mucho más capitalista que socialista, y dentro del ámbito socialista con un enfoque de bienestar del aparato Estatal y del partido gobernador, no de bienestar o de buen vivir de la población misma.  O sea vamos camino a Venezuela y Cuba y no a Suecia, Alemania o Costa Rica. En febrero tenemos opción de empotrar este sistema en cemento, o de intentar buscar como sociedad otras soluciones más transparentes y congruentes.
. 


[1] Carter, W. 1972. A profile of Bolivia.

4 comments:

  1. This comment has been removed by the author.

    ReplyDelete
  2. Desde mi punto de vista, más que un sistema de izquierda o de derecha, la propuesta actual me parece una versión atenuada reminiscente del socialismo nacionalista de la Europa de los años 20 en algunos aspectos, por ejemplo, en el discurso interclasista y anti-individualista con una política paternalista, la dirección centralizada, el discurso autárquico con componentes victimistas y revanchistas, el respeto a la propiedad privada siempre que cumpla con la «función social», una fuerte intervención del mercado, la crítica de lo liberal, la tendencia corporativista, la tendencia a la estatización de los medios estratégicos de producción combinada con la consolidación de grandes proyectos de infraestructura con empresas privadas, la apelación al sentimiento popular y la apología de las masas como las protagonistas de la historia, el desdén al Estado Republicano, el liderazgo carismático, la organicidad y un eficaz aparato de propaganda. Me preocupa que lo que vemos como un inocente caudillismo populista sea algo mucho más perturbador.

    ReplyDelete
  3. DESDE MI PUNTO DE VISTA ES MAS CAPITALISTA QUE SOCIALISTA

    ReplyDelete
  4. EL ACTUAL GOBIERNO AQUE SE SE DEBE HASTA AHORA SEGUIMOS CON EL PENSAMIENTO CAPITALISTA ...
    ERA DEL SOCIALISMO RECIEN EMPIEZA

    ReplyDelete