Friday, October 21, 2016

Mega represas del Bala y Chepete: el proceso de consulta en el Estado Plurinacional para una vaca sagrada que pondría huevos de oro



El lunes 17 de octubre del 2016 hubo un evento histórico en las playas del río Beni en la entrada al angosto del Bala (Figuras 1 y 2).  Ahí se reunieron representantes de muchas comunidades indígenas que serían afectadas por la construcción y funcionamiento de una mega represa en el angosto de Chepete y luego otra en el del Bala.  Presentes estaban 17 comunidades de las etnias Tsimane, Mosetén, Tacana y Josesana, que están cuenca abajo del angosto del Chepete, organizadas hacen varios años en la llamada Mancomunidad de Comunidades.  También estaban representantes de la TCO Mosetén (río arriba del Chepete) y personas de CMILAP (Central de Mujeres Indígenas del Norte de La Paz) y del CNAMIB (Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia).



Figura 1. Concentración en las playas del río Beni, con vista al Bala


Figura 2. Preparando la olla común en la reunión en la entrada al Parque Nacional Madidi y a las TCO Pilón Lajas y San José de Uchupiamonas.

Ante la falta de información técnica oficial sobre el proyecto de mega represas, en una reunión sostenida entre  la Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia (ENDE), GEODATA (la empresa contratada para el estudio de identificación) y el CIPTA (Central Indígena del Pueblo Tacana), se había dado plazo hasta el 17 de octubre para que el Gobierno entregue la información del estudió de identificación realizado, en base al cual el Gobierno ya recontrató a GEODATA, por invitación directa, para hacer el estudio a diseño final. La información del estudio de identificación, que detallaría una supuesta factibilidad técnica y económica de las obras, y que costó 25 millones de bolivianos de arcas públicas, ha sido cuidada como secreto de guerra y no llegó a las comunidades del área del Bala y el Chepete.

Por eso, las comunidades asistentes aprobaron una resolución de 9 puntos, incluyendo la reafirmación de los derechos de los pueblos indígenas a un proceso de consulta previa, informada y de buena fe, el rechazo a las represas, y el establecimiento de un plazo de 72 horas para que ENDE y GEODATA retiren su maquinaria de los sitios[1] donde están adelantando investigaciones.

 
Figura 3 Campamento de GEODATA en el angosto del Chepete, jurisdicción del Municipio de Apolo, viernes, 14 octubre del 2016.
Figura 4. Perforación de GEODATA en el angosto del Chepete, jurisdicción del Municipio de Apolo y parte de la TCO Lecos de Apolo.


El derecho de las naciones y pueblos indígenas a la consulta previa está claro en la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, la misma que en su Artículo 30, inciso II, numeral 15 señala que : "En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución las naciones y pueblos indígena originario campesinos gozan de los (…) derechos (…) a ser consultados mediante procedimientos apropiados, y en particular a través de sus instituciones, cada vez que se prevean medidas legislativas o administrativas susceptibles de afectarles.”

El texto de la Constitución refleja lo establecido en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del año 2007, en la cual se establecen las obligaciones de los Estados con los pueblos indígenas, y de la cual Bolivia es signatario.  Como veremos más adelante, varios artículos de esta declaración son especialmente relevantes para el caso de las mega represas en el río Beni;

Artículo 10. Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios. No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso.

Artículo 18. Los pueblos indígenas tienen derecho a participar en la adopción de decisiones en las cuestiones que afecten a sus derechos, por conducto de representantes elegidos por ellos de conformidad con sus propios procedimientos, así como a mantener y desarrollar sus propias instituciones de adopción de decisiones.

Artículo 32. Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la utilización de sus tierras o territorios y otros recursos.

2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.

Pareciera que no habría por dónde perderse, pero este promete ser un tema controversial, especialmente considerando las experiencias previas de interacción entre el Estado y los pueblos indígenas en Bolivia durante el gobierno del MAS.   Hablamos del caso TIPNIS y del manejo de los temas de consulta previa y compensación para los pueblos indígenas afectados por la extracción de hidrocarburos, donde el incumplimiento de estos compromisos internacionales y de la propia Constitución Boliviana fueron incluso denunciados por el Defensor del Pueblo[2].  

El presidente Morales ya había indicado el año 2011 que las consultas previas eran “una pérdida de tiempo y dinero.”[3]  Más recientemente, el Presidente de ENDE indicó que la consulta previa era sólo para el tema de recursos petroleros, y que en el caso de estas represas no sería necesario[4]. Posteriormente se retractó y dijo que sí se haría[5].  Más o menos al mismo tiempo, la vice ministra del Medio Ambiente, Cynthia Silva, instruyó a los funcionarios públicos no hablar del tema, ya que, en su opinión oficial, no se puede saber nada de impactos hasta terminar los estudios para el diseño final[6].

Posteriormente Iván Arias, analista a nivel nacional, hizo notar que la discusión podría ser innecesaria ya que en la misma CPE, Artículo 30, inciso I, numeral 17 se señala que los pueblos y naciones indígenas tienen derecho: "A la gestión territorial indígena autónoma, y al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables existentes en su territorio sin perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por terceros”[7].  En otras palabras, no correspondería informar, sino pedir permiso.  Pues en la zona de impacto probable de las represas, la tenencia de la tierra es clara, correspondiendo en su mayoría a Tierras Comunitarias de Origen con título ejecutorial a nombre de las organizaciones representativas de los pueblos indígenas Mosetén, Leco, Tsimane y Tacana, o a títulos de comunidades indígenas Tacanas.  Es más, estas etnias, entre otras, serían la razón del cambio de nombre del país al Estado Plurinacional.

Recientemente, entre setiembre y octubre 2016, en forma tardía, parcial y caótica el Gobierno ha intentado reunirse con diferentes actores en la zona para dialogar.  Hay funcionarios de ENDE como de GEODATA que han visitado algunas comunidades y que se han reunido con diferentes actores en Rurrenabaque. El mensaje que traen parece ser similar:  Se puede hablar de las muchas supuestas bondades de las represas, que serían un gran negocio, pues el mismo presidente Morales ha dicho que va a ser “puro ingreso” después de 6 años … o sea, que son una gallina que pone huevos de oro.  Se puede hablar también de que se usaría nueva tecnología que “no tendría impacto ambiental”, y que el mercado para la energía a ser producida estaría “garantizado”.  Lo que no se puede discutir es cualquier impacto socio-ambiental negativo que las obras pudiesen tener, y tampoco se puede presentar para su análisis las dudas que existen sobre la rentabilidad de las obras.  Eso, aparentemente, hay que pensarlo recién después que GEODATA haya terminado el estudio de diseño final. Tampoco se habla de analizar posibles alternativas de generación de energía, en otras zonas, con otras fuentes y a diferentes escalas.  Un proceso de socialización y consulta donde sólo se habla de los supuestos aspectos positivos no sólo es absurdo en general, sino que atenta contra los compromisos del Estado de actuar de buena fe y asegurar que la consulta sea libre e informada. En estas condiciones, sin duda el proceso es una pérdida de tiempo como indica el presidente Morales. 

Y por esta falta de transparencia, lo que todos sienten es que como en casos anteriores (carretera en el TIPNIS, puente sobre el río Beni, etc) la decisión ya estaría tomada y el “proceso de consulta” no llega a ser ni siquiera un saludo a la bandera.  El proyecto de mega represas es una vaca sagrada, y no hay espacio ni tiempo para discutir la justificación de la obra.  Y como lo dijo un comunario que tomó la palabra en la asamblea en el Bala “Ahora el que reclama su derecho es opositor”.   Otro comentó “Cuando nos vamos a recordar ya va a estar todo hecho.”  Puede ser que esa haya sido la tendencia en procesos anteriores, pero hay que insistir en que esta forma de operar viola la letra y la intención de la CPE y de los acuerdos internacionales suscritos por el país.

Si uno vive en La Paz puede ser que lo peor será la “molestia” de quedar pagando por muchos años un porcentaje de la deuda de 7000 millones de dólares, como mínimo.  Pero desde el punto de vista de los Mosetenes, posiblemente “tragedia” o “traición” serían los mejores adjetivos para describir la forma en la cual se está llevando el proceso hacia la construcción de las mega represas.  Para hacerles recuerdo, esta etnia es una de las “pluri” naciones resaltadas en la nueva CPE y en el nuevo nombre de país.  Hasta hace 60 años el pueblo Mosetén tenía ancestralmente todo el valle del río La Paz o Alto Beni, desde el encuentro del río Quendeque hasta pasar al departamento de Cochabamba en el río Elena. Con las medidas promovidas desde el Estado a través del entonces Instituto de Colonización, los mosetenes fueron perdiendo territorio: primero todo el lado occidental del río (accesible desde Caranavi) y luego las partes más accesibles de la otra banda. 

Ya cuando se concretó la titulación de la TCO Mosetén en el 2001 (título ejecutorial TCONAL 000020) les quedaba apenas 3 fragmentos de territorio (verde en la figura 5) al sur y sureste de la TCO Pilón Lajas.  
Figura 5. Mapa parcial de TCOs en el norte de La Paz y este del Beni.  Fuente: captura de pantalla de documento de CEDIB.


¿Por qué ha quedado tan fragmentado el territorio Mosetén, comparado con los territorios Lecos?  Inicialmente, porque sus asentamientos estaban donde se construyó la carretera de penetración al Beni, donde la tierra fue entregada preferencialmente a colonos Alto Andinos.  Pero a largo plazo, es porque está en los mejores suelos.  Los suelos aluviales del valle del río Alto Beni y el bajo Kaka resultan ser los más productivos del trópico boliviano.  Se sabía hace 60 años, y se confirma hoy, que el valle del río Alto Beni es el más fértil de la zona y muy cotizado por los colonos.

Figura 6.  Vista del valle del río Alto Beni, tomada desde el Puente Sapecho.

A pesar de la importancia social y económica de esta zona, el fragmento de TCO más cercano a Pilón Lajas, que consiste en la banda oriental del río Alto Beni desde la boca del río Kaka hasta la desembocadura del rio Inicua, sería el más impactado por la represa del Chepete.  Tomando la cota de 400 msnm de la Ficha Ambiental redactada por GEODATA (que fue hecha pública contra las intenciones del Gobierno y sólo se conoce porque fue obtenida y difundida por ANF y la Fundación Solón) las comunidades sobre la ribera del río estarían bajo agua junto con todos sus suelos cultivables.

Agravando más aún el impacto al pueblo Mosetén y su territorio, el camino de acceso hasta el lugar de la represa, de 156 km, pasaría por las cabeceras de sus cerros y sus zonas de manejo forestal (Fig. 7).  Para que se den cuenta de la escala de este impacto, el camino antiguo de La Paz a Caranavi tenía 176 km.  Ahora estarían hablando de hacer una nueva carretera casi de la misma longitud, en terreno muy difícil, y en buena parte pasando por la TCO Moseten.
 
Figura 7. Información sobre la carretera de acceso propuesta en la Ficha Ambiental (Captura de pantalla de presentación de Molina y Espinoza[8]
Tanto la inundación de las comunidades como el paso de la carretera son dos impactos grandes, que pueden predecirse sin necesidad de mayores estudios, pues son obvios y lógicos desde el momento que se establece que el nivel máximo del embalse sería de 400 msnm. Estas acciones (construcción de embalse y carretera) están documentadas en la Ficha Ambiental, pero varias señoras de la TCO me confirmaron que los temas nunca se tocaron en las comunidades.  Para mi es significativo que GEODATA no haya señalado la TCO Mosetenes en la Figura 7, como sí hicieron figurar la “Reserva Nacional” Pilón Lajas (sin mencionar que es además una TCO).

Más preocupante aún es que la Ficha Ambiental tiene una “lista de comunidades” identificadas por GEODATA que estarían dentro del embalse del Chepete, pero solo indica tipología, matriz cultural, en qué sección municipal quedan, y cuál sería su población de acuerdo al censo del 2012 (Figura 8).  No se ha incluido los nombres de estas comunidades en ninguna parte de la Ficha Ambiental.  Aunque no será difícil asociar las cifras del censo 2012 con comunidades específicas, queda claro que los autores del estudio no querían que las comunidades más afectadas se enteren.  Esto es lo opuesto de una consulta de buena fe; es un intento de desinformar y demorar el reconocimiento de impacto hasta que sea demasiado tarde.  Constituye un intento claro y deliberado de negar esta información a los más interesados, lo cual contradice el artículo 30 de la Constitución Política del estado Plurinacional previamente citado.

 
Figura 8.  Lista de comunidades anónimas que quedarían bajo agua de acuerdo a la Ficha Ambiental de la Represa Chepete 400, filtrada contra las intenciones del Gobierno.

Cuando salió la noticia de la asamblea del Bala, y su rechazo a las mega represas del río Beni, el Presidente Morales dijo "Yo no tengo información que el movimiento indígena estaría rechazando. Si está rechazando explicar, informar. A veces también por falta de información, eso tal vez sea nuestra culpa, por falta de información rechaza[9]  Muy positivo que el Presidente instruya explicar e informar, y ojalá sus operadores técnicos y políticos le hagan caso y cumplan no sólo con la orden presidencial sino con el mandato constitucional de realizar la consulta de buena fe e informada.  Y que lo hagan con las organizaciones legítimas, y sin promover organizaciones paralelas o comprar el apoyo con espejos y cuentas, aprovechando las necesidades de las comunidades, como se hizo en el TIPNIS. 

Sin embargo, personalmente no creo que cuando esto ocurra, y se confirmen las sospechas de los severos impactos de estas obras en las comunidades, el simple acceso a la información hará que la población afectada acepte alegremente esta vaca sagrada.  Especialmente si se permite analizar a detalle la rentabilidad de esta obra y obras asociadas (carretera y tendido de líneas de transmisión), y si se permite también compartir la información que muestra que existen alternativas de generación de energía que no inundan a ninguna comunidad.  

Sr. Presidente, su legado comenzará con ser el primer presidente indígena del hemisferio occidental.  Su legado terminará con ser el primer presidente indígena del hemisferio occidental que no reconoce ni respeta los derechos indígenas logrados después de tanto tiempo y esfuerzo.


[8] Molina, J. y Espinoza, D. 2016 El proyecto El Bala: Hidrología, Hidráulica e impactos asociados.  Foro cambio climático en el Madidi.

2 comments:

  1. Este proyecto de tecnología primitiva y un costo absurdo nos dejará endeudados, hinundados, desplazados y contaminados, emitiendo gases de efecto invernadero, con menos biodiversidad, con pueblos indígenas atropellados y pequeñas ciudades rivereñas en riesgo. No se informó, no se consultó, no tenemos asegurado un comprador y no se tolera ninguna crítica, se descalifica a quien haga cualquier observación y se sigue erogando en estudios de un proyecto que nadie quiere

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  2. Este proyecto de tecnología primitiva y un costo absurdo nos dejará endeudados, inundados, desplazados y contaminados, emitiendo gases de efecto invernadero, con menos biodiversidad, con pueblos indígenas atropellados y pequeñas ciudades rivereñas en riesgo. No se informó, no se consultó, no tenemos asegurado un comprador y no se tolera ninguna crítica, se descalifica a quien haga cualquier observación y se sigue erogando en estudios de un proyecto que nadie quiere

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