En el 2006, cuando apenas comenzaba a gobernar el MAS se
declaró que una de las primeras tareas del nuevo gobierno sería nacionalizar los
Parques Nacionales[1] . Los que trabajábamos en el rubro nos
sorprendimos ya que al tratarse de áreas protegidas nacionales (fuesen Parques,
Reservas o AMNIs – Área Natural de Manejo Integrado) ya pertenecían a todos los
bolivianos. Sin embargo, esto resultó
ser parte de un paradigma, que tiene en el vice-presidente García Linera el
proponente más reiterativo, donde las áreas protegidas serían un concepto del Norte,
para beneficio del Norte y sin un valor tangible para los bolivianos. Por ende, en reiteradas ocasiones se ha
repetido que no debemos ser guardaparques del Norte[2]
ya que seguiríamos siendo pobres[3],
una óptica que llevada a la práctica ha dejado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas
(SNAP) muy debilitado, y con su desarrollo bloqueado a partir del 2006.
Ahora nos toca revisitar este paradigma oficial,
considerando la sequía que sufrimos no solo en Bolivia sino también en Perú y
muchos países, especialmente del sur de África, y la escasez de agua, súbita y
aguda, que se está sintiendo. Esta escasez habría sido sorpresiva a nivel
oficial, a pesar que desde años atrás se tiene amplia evidencia de que el
cambio climático está haciendo desaparecer los glaciares[4],
principal fuente de agua en ciudades alto andinos. Y a pesar de haber informes
de presas con bajos niveles en diferentes regiones del país aún en la época de
lluvia[5]
del año pasado.
Desde 1990 hasta el 2005 el SNAP creció esencialmente de
cero hasta contar con 22 áreas protegidas (AP) para una extensión de 182.716 km2. Infelizmente desde el 2005 el sistema
nacional no ha aumentado un milímetro, aunque a nivel departamental y municipal,
y principalmente en tierras bajas, se han agregado nuevas áreas bajo un manejo
especial, a pedido local, obedeciendo a prioridades locales como el turismo y
el mantenimiento del servicio de agua.
En comparación, que yo sepa, no ha habido expansión de áreas de
protección de cuencas en todo el alto andino, que es la zona que proveía de
agua a varias ciudades importantes de Bolivia.
Para ser claro, en el desarrollo anterior del SNAP se había dado mucha prioridad al tema de biodiversidad y bosques en buenos estados de
conservación, y ninguna prioridad a zonas de cuencas altas estratégicas para la
población humana. Es decir, el sistema
actual protege zonas de páramo en excelente estado, pero están lejos de las
poblaciones y/o en el lado “equivocado” de la Cordillera Oriental, con respecto
a la crisis actual. Además, mientras ha estado muy presente en las discusiones de las últimas semanas la importancia del bosque para generar agua, discusión del rol del páramo ha estado ausente.
Figura 1. Páramo del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata. Recogiendo agua hacia la vertiente oriental de la Cordillera Real. |
Al mismo tiempo, de numerosos gobiernos que aportaban recursos
financieros al SNAP antes del gobierno del MAS, ahora queda solo la Unión
Europea contribuyendo y en forma precaria. Esto obedece a muchas razones, pero en suma se
debe a que el manejo especial de áreas estratégicas, ya sea para conservar la biodiversidad,
o para manejar las cuencas ha sido de última prioridad para este gobierno,
supuestamente porque solo beneficia al Imperio.
Es decir, la Cooperación está bienvenida a aportar directamente al TGN,
pero solo puede fiscalizar en forma gruesa los gastos en temas de conservación
de biodiversidad y/o cuencas. La UE
aporta bajo estas condiciones, en forma controversial, simplemente para que el
sistema no desaparezca.
Algunos se acordarán que en junio del 2015 salieron tres Decretos
Supremos permitiendo la exploración petrolera en las áreas protegidas[6]
y el 25 de noviembre de este año, tres leyes permitiendo exploración y
explotación en tres áreas específicas[7].
Esos decretos del 2015 también relativizan los derechos de las comunidades
indígenas, que en muchas partes del país tienen una alianza estratégica con las
AP para proteger los bosques, o son dueñas de territorios que se sobreponen con
las AP. Estos decretos fueron un indicio
más de la implementación del paradigma contrario a la conservación y las áreas
protegidas que ya se había evidenciado en la insistencia del Gobierno en
construir una carretera por la mitad del Parque Nacional y Territorio Indígena
Isiboro Sécure más conocido como TIPNIS y dos mega represas en la Reserva de
Biósfera Pilón Lajas y el Parque Nacional Madidi, más conocido como el parque
más biodiverso del mundo.
Vale agregar que el funcionario al mando del Servicio Nacional
de Áreas Protegidas (SERNAP), un exgobernador de Potosí sin ninguna experiencia
en manejo de recursos naturales, es de la opinión que las mega represas en Bala
y Chepete son una buena idea ya que podrían significar ingresos para las áreas
afectadas[8].
Un mínimo de análisis muestra, poniendo a un lado el gran impacto, que los
posibles ingresos recién se producirían de aquí a 15 años y serían un monto
claramente menor a lo que se podría percibir de apostar por el turismo, siendo Madidi
el Parque más diverso del mundo. Y esto
sin mencionar que hidroeléctricas de menor escala podrían instalarse en otros
lugares, con menor impacto, y así se podría tener Bolivia tranquilamente las
DOS fuentes de ingresos al mismo tiempo.
Hace unos días García Linera admitió no haberse bañado por tres
días debido a la falta de agua. Por otro
lado, dijo que ha investigado el tema y que no habría relación entre los árboles
y el agua ya que Italia tiene muchos menos árboles que Bolivia, pero todos en
Italia tienen agua[9]. Si me pongo botas de goma y sigo esa lógica llegamos
a la conclusión de que debemos seguir talando para llegar a un nivel de deforestación
como Italia, y ahí todos tendríamos agua…
O visto de otra forma, se podría señalar que Bolivia no solo tiene
muchos más árboles por habitante que Italia, sino también mucha agua fresca por
persona -- en papel -- y que el hecho de que un buen porcentaje de bolivianos
estén sin agua fresca tiene que ver más con la [falta de] calidad de manejo,
planificación, políticas e implementación de políticas que con el número de
árboles.
Irónicamente, en este mismo período Bolivia ha sido muy
activo a nivel internacional con el tema de políticas de mitigación y
adaptación al cambio climático. Un
estudio reciente, y muy completo, de países amazónicos con respecto a estas
políticas tiene unas 13 páginas de análisis para Bolivia[10],
10 para Brasil, y apenas 3 para Ecuador, los muy chambones. Es decir, si hubiese un campeonato mundial de
políticas de cambio climático nos habríamos clasificado directo al mundial y
estaríamos peleando las finales.
Infelizmente perderíamos todos los puntos “en mesa”, ya que no se
aplican las políticas declaradas en terreno boliviano. Ahogándonos en papeles, y declaraciones
frente al cambio climático nos hemos quedado sin lagos históricos y sin agua
potable para muchos.
Ha habido bastante tinta gastada en este tema, “que no
sabíamos”, “que no nos han dicho”, que “vamos a enjuiciar a los
responsables”. Pero ¿quién es responsable
si es que un Gobierno declara a la madre tierra y al cambio climático como
banderas de guerra, pero a nivel de terreno no hace nada, o peor, hace lo
opuesto de lo que dice?
Se defienden indicando que se ha invertido más de 1100
millones de dólares en riego y agua potable en los últimos años[11].
Infelizmente eso se puede comparar
directamente a una fiesta donde hay una sola coca cola. La solución del gobierno ha sido salir a
comprar 1000 vasos, pero no asegurar más coca colas. O sea, en algunos vasos va a quedar 1 gota y en
otros no tendrán nada. Si no se intenta aumentar
la cantidad de agua disponible, o mínimamente conservar el agua en las cuencas
de origen, entonces no importa cuántos sistemas de riego, cañerías y
alcantarillados extiendas, no alcanzará el agua.
Existen dos grandes tipos de soluciones a mediano y largo plazo
para aumentar el agua disponible en forma sostenible. 1. Obras de ingeniería que traigan agua de
lado húmedo de los Andes, como en Misicuni, y 2. Procesos de conservación y recuperación de
cuencas altas estratégicas. Por el
contrario, obras que simplemente captan más y más agua de deshielo de los
glaciares, si bien proveen agua a “corto plazo”, a mediano plazo también verán
sus fuentes agotadas y nos dejarán todavía más colgados.
Sobre la primera opción no tengo mucho que decir. Yo me imagino que a futuro habrá más obras de
esta naturaleza, pero son costosas y demoradas. Por ejemplo, Misicuni ha comenzado
el 2009, lleva varios años de retraso y Cochabamba sigue sin suficiente agua[12]. La figura 2 muestra la relación de la Presa
Misicuni con el valle de Cochabamba, la vertiente oriental de la cordillera, el
páramo que rodea la presa (que genera el agua) y el bosque montano más abajo en
la cuenca.
Figura 2. La presa Misicuni y el Valle de Cochabamba tomada de Google Earth. |
En contraste, para la opción 2 tengo dos ejemplos muy
concretos de soluciones. Primero, el
Ecuador, que con un discurso a nivel
internacional muy similar al de Bolivia, y a pesar de tener menos volumen de
políticas declaradas, internamente ha
tenido acciones totalmente diferentes, congruentes y concretas, implementando
desde el 2008 el programa “SocioBosque” y luego el programa “SocioPáramo”. En resumen, SocioBosque es un programa para
propietarios privados y comunidades que pueden demostrar tener bosque natural
en sus tierras. Registras las tierras
con el Ministerio del Ambiente, se analizan por satélite, y te registras para
que seas pagado para proteger el bosque, si está en buen estado. Si es bosque secundario degradado, hay otros
pagos para recuperar, o para reforestar, si es necesario. Los pagos varían de
acuerdo al estado de la tierra. Tú haces
un plan y luego hay desembolsos, en efectivo, de acuerdo a las ejecuciones del
plan.
En vista del éxito de SocioBosque, el gobierno ecuatoriano
implementó el programa SocioPáramo. No
se usa la palabra páramo tanto en Bolivia (y ha sido ausente del diálogo sobre la crisis del agua), pero en Perú, Ecuador y Colombia se
entiende por páramo el ecosistema alto-andino, tropical “esencial” para la
regulación hídrica (Figura 3). En general queda por
encima de los límites naturales de los bosques, aunque puede haber bosquecitos
en lugares más protegidos. En su estado
natural la vegetación del páramo ayuda a precipitar la humedad de la casi
eterna neblina y el ecosistema entero funciona como una esponja maximizando
tanto la captación como el almacenamiento del agua, purificándola de paso. Cuando está degradado, el sistema funciona
como un ladrillo, precipita menos agua y escurre inmediatamente, con sedimento,
cuenca abajo.
Figura 3. Imagen aleatoria de páramo tomada de la internet. |
En Bolivia el páramo correspondería a la Puna, pero por
alguna razón no le asignamos el mismo valor de regulación hídrica que en otros
países, aunque en estado ecológico aceptable, funciona exactamente igual. Es una lástima porque, aunque no sea bosque
es igual de esencial protegerlo, especialmente porque es el ecosistema predominante
cuenca arriba de poblaciones como La Paz, el Alto, Oruro, Cochabamba y Potosí. Infelizmente en muchos casos estas cuencas se parecen, por
ahora, más al ladrillo que a la esponja. Y hablando de ladrillos, en Bolivia el páramo es muy asociado con la minería, epecialmente en la Cordillera Oriental. Esta actividad ha sido, y es, fatal en relación a su capacidad como ecosistema para juntar, almacenar y proveer agua de buena calidad.
En el programa SocioPáramo de Ecuador, si eres propietario o
- más comúnmente - si tu comunidad tiene tierras de páramo, el gobierno
ecuatoriano te paga para proteger y/o recuperar el páramo que te corresponde y
que todos saben (por lo menos en Ecuador) que es esencial para abastecer a la gran población
del valle central de agua potable año redondo. Es decir, el gobierno paga a las
comunidades por asegurar un servicio ambiental: la provisión de agua. Hay que aclarar que con la caída del precio
del petróleo los pagos a SocioBosque y SocioPáramo se han frenado. Sin embargo, aunque Correa termina su última
gestión en enero, hay intenciones de la Cooperación Internacional de apoyar
esta iniciativa y tiene buenas perspectivas de continuar.
Ahora, en Bolivia hay un problema, ya que en el paradigma del
Gobierno no se debe pagar a la gente o a comunidades por los servicios ambientales,
ya que esto sería “mercantilizar a la Madre Tierra.” O sea, en esta ideología no hay problema con
pagar a los choferes para traer camiones cisternas desde el Beni para repartir
agua en La Paz, pero no sería correcto pagar a comunidades para compensar el
costo de recuperar y conservar sus áreas de páramo, para asegurar aguas en los
embalses en forma permanente. En
términos bolivianos, está bien ideológicamente pagar a Juancito Pinto para que
estudie, pero no se debe pagar a su comunidad por prestar un servicio ambiental
para beneficio de la sociedad en general.
El otro ejemplo concreto que tengo es el PN y ANMI Cotapata (Figura 1). Allá por el 2004 coordinamos la elaboración del
plan de manejo del área y entre las comunidades que participaron estaba Chuquiaguillo
(un pueblo aledaño a La Paz en cuyas tierras está la presa Incachaca, que hasta
hace poco abastecía de agua a La Paz y que ahora es lodo rajado). Si bien el área protegida comenzaba (y sigue
comenzando) con la divisoria de aguas, Chuquiaguillo participó como área de
influencia. En otras palabras, el límite del AP justo termina donde comienza la
cuenca que abastece de agua a La Paz (tanto para la presa Incachaca como la de
Misicuni). El AP protege la cuenca que
drena hacia Coroico, Caranavi, Zongo y el Amazonas, pero no hacia La Paz.
La comunidad de Chuquiaguillo propuso que los límites del AP
(bajo categoría de ANMI) se extiendan para incluir las tierras altas de su
comunidad. Su interés era fomentar el turismo,
pero más que todo, asegurar el agua.
Porque a pesar de que las tierras de la comunidad drenan hacia la presa
de Incachaca y en años normales provee de agua a la ciudad, la comunidad misma
tenía ya problemas de agua. La propuesta
de ampliación fue discutida en forma participativa, aceptada, priorizada y
quedó como tema importante del Plan de Manejo (Figura 4.). Y ahí quedó.
Así, debido al paradigma del Gobierno, las áreas protegidas
nacionales no se han extendido desde el 2006 por ningún motivo. Y lejos de llevar 8 a 10 años de manejo y recuperación
de cuencas, compensando a las comunidades (Caso Ecuador), se ha dejado que
estas zonas tengan concesiones mineras funcionando hasta el presente (Figura 5)
como constató El Diario[13]. Los mineros indicaron que no sacan agua de la
presa, pero es más que lógico que el agua que usan habría nutrido a la presa y es
probable que las aguas servidas lleguen a contaminar la misma. La misma situación se presenta en la presa
Milluni (Figura 6)[14].
Figura 5. Actividad Minera en inmediaciones de la presa de Incachaca, El Diario, 25 Nov. 2016 |
Porque la otra dimensión del paradigma del Gobierno es su apoyo incuestionable e incondicional a todo emprendimiento extractivo. Esto explica sus constantes intentos de vulneración de la integridad de las áreas protegidas y de los derechos de los pueblos indígenas a decidir sobre los procesos y proyectos de desarrollo dentro de su territorio. Su modelo también fomenta a la mega inversión, con una visión cortoplacista de la generación de ingresos para el Estado, que permitiría financiar las inversiones y subsidios populistas que ayudan a mantener al MAS en el poder, gracias a un voto clientelista. Pero ese modelo, no muy diferente del criticado neoliberalismo del imperio, es el que ahora empieza a pasarnos la factura en forma visible.
Más allá de los discursos y sermones internacionales del
Gobierno, éstas han sido las prioridades reales que han primado en los últimos
10 años, y ahora vemos sus consecuencias.
A llenar baldes se dijo. Pero ¡ojo!...tome
agua mineral en botella, porqué la otra está contaminada.
[1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36818
[2] http://latribuna69.org/los-que-vivimos-en-el-sur-no-somos-los-guardaparques-del-norte/
[3] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=204630
[4]
Drobison blogspot Rodrigo Mariaca
[5] http://www.erbol.com.bo/noticia/regional/08022016/cinco_regiones_afectadas_lluvias_retrasadas_y_presas_semivacias
[6] http://www.paginasiete.bo/nacional/2015/6/20/tres-decretos-allanan-explotacion-petrolera-parques-nacionales-60585.html
[8] http://www.paginasiete.bo/nacional/2016/11/11/bala-chepete-sernap-mejorara-ingresos-116649.html
[10] http://wwf.panda.org/wwf_news/?251078/Polticas-pblicas-de-los-pases-amaznicos-y-cambio-climtico-reas-protegidas-como-estrategias-de-adaptacin
[14] http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?pid=S1813-53632009000200006&script=sci_arttext
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