Sunday, April 21, 2024

Hay que descolonizar el pensamiento en cuanto a biodiésel

A comienzos de marzo saltó la noticia que 21 corregidores del Consejo Indígena del Pueblo Tacana (CIPTA) emitieron una resolución que rechaza el programa de PALMA ACEITERA AFRICANA y [resuelve] su paralización en todas las comunidades de nuestro territorio”[1].  El territorio al cual se refieren es la Tierra Comunitaria de Origen Tacana 1, que tiene título ejecutorial por 389,303 hectáreas en los municipios de San Buenaventura e Ixiamas, y representa buena parte de la provincia Iturralde de La Paz.  Representa también una parte importante del trópico boliviano donde el gobierno está impulsando el cultivo de palma africana con el objetivo de producir aceite vegetal para convertir en biodiésel.  Acabo de hacer una investigación para CEDLA[2], todavía en proceso de publicación, acerca de las posibles materias primas para biodiésel a nivel nacional y esta determinación del CIPTA coincide con varias de las principales conclusiones del estudio. Pero hay un tema que desconocen tanto el gobierno como las comunidades de la TCO, y que justifica más aún su resolución: la TCO Tacana 1, junto con regiones aledañas, ya tiene importante recurso de aceite vegetal, en pie, en producción, en sus bosques, chacos, barbechos y potreros.  Me refiero en este caso al motacú (Attalea prínceps) que es la palmera dominante de este y muchos otros territorios del trópico boliviano.  Es mucha irresponsabilidad proponer deforestar grandes áreas de bosque natural pobladas con una especie nativa con potencialmente alto contenido de aceite, y reemplazarla con una especie introducida con muchos bemoles, sin primero evaluar el recurso que se tiene en pie.  Uno podría decir que es mentalidad colonizada suponer de entrada que lo que viene de afuera es mejor que lo que uno tiene.

Primero es importante señalar la importancia para Bolivia de considerar el biodiesel, en especial con aceite proveniente de especies nativas ya en pie.  Los yacimientos petrolíferos en Bolivia históricamente han sido profundos en cuanto a geología y esto hace que principalmente rindan gas natural y petróleo liviano[3] y no rindan mucho diésel, que proviene de fracciones de petróleo más pesadas, asociadas con yacimientos superficiales.  Las reservas de petróleo conocidas en Bolivia se agotan y la demanda para diésel aumenta. En el 2022 esto llegó al caso extremo donde Bolivia produjo solo 441 mil m3 de diésel (una reducción del 33% comparado con 2021) con lo cual se cubrió apenas el 18% de la demanda nacional, que va en aumento[4]. 

En buena parte del mundo un objetivo estratégico para reducir la dependencia del petróleo es hacer la transición de vehículos pequeños a gasolina hacia vehículos con motores eléctricos.  Esto es más difícil para los motores a diésel del transporte pesado, transporte público interurbano y maquinaria agrícola.  El mismo caso se da con el combustible de aviación que es parecido al diésel.  A corto, mediano y largo plazo, Bolivia tiene que ver cómo enfrentar esta situación. Si uno viaja en avión, en bus interdepartamental o come alimento producido a cualquier distancia de donde vive, se tiene que preocupar de la sostenibilidad del diésel y en cuáles serían las mejores alternativas.

Frente a esta situación el gobierno, propone producir 723.4 mil m3 de biodiésel en tres plantas, una ya en funcionamiento en Santa Cruz, un segunda bajo construcción en El Alto y una tercera todavía por definir[5].  Claramente sin mucho análisis ha propuesto tres cultivos como materia prima de aceite vegetal para estas plantas: el macororó (Ricinus communis), la jatrofa (Jatropha curcas, conocida como piñón en todo el oriente) y la palma africana (Elaeis guineensis).  Las primeras dos especies son ampliamente distribuidas en las tierras bajas de Bolivia como malezas y plantas medicinales, pero no existe experiencia de producirlas como cultivo.  En cambio, la palma africana es uno de los cultivos más cuestionados a nivel mundial, que nunca se ha producido en nuestro territorio, en buena medida porque Bolivia está fuera de su zona de producción óptima. 

A pedido de CEDLA se hizo un estudio de la eficacia de los cultivos propuestos en cuanto a producción de aceite vegetal como materia prima en el contexto de Bolivia[6].  Se decidió incluir, además, cualquier otra especie con potencial práctico de que se tenga conocimiento.  Los pronunciamientos del gobierno declaran que el objetivo es ahorrar recursos que ahora se gastan en comprar combustible en el exterior, a precio de mercado, para venderlo en todo el país a precio subvencionado (Bs 3.72/l en el caso de diésel), y hacerlo sin afectar la seguridad alimentaria y sin impactar negativamente el medio ambiente[7].  Entonces el estudio tomó eso como los tres criterios de evaluación de eficacia: 1. Ahorrar recursos financieros, 2. No impactar seguridad alimentaria y 3. No impactar en el medio ambiente negativamente.

De las tres especies propuestas por el gobierno, solo el macororó tiene perspectivas de eficacia a corto plazo.  Sin embargo, en el 2023 solo se reportaban 4 hectáreas en el Chaco[8], cuando se necesitarían miles de hectáreas.  La jatrofa no se ha terminado de domesticar como cultivo a nivel internacional y no se reporta ni una hectárea a nivel nacional.  La palma africana se ha promovido mucho en el trópico boliviano, pero las plantitas que han germinado en el 2023 recién podrían producir algunas frutas en el 2028 y no hay ninguna garantía que el cultivo sea exitoso en las condiciones marginales de Bolivia.  Sobre todo, el gobierno no parece saber, y si sabe, no lo comunica a los productores potenciales que su establecimiento cuesta en promedio $US 10 mil/hectárea, de acuerdo a varias fuentes[9],[10],[11].

Ante la evidente falta actual de materia prima de los cultivos escogidos, y considerando el tiempo que tomaría contar con plantaciones productivas de palma africana, en el corto plazo, el gobierno ha dado un giro, declarado que inicialmente se abastecerán las plantas de biodiésel con aceite de soya, y ha designado a EMAPA (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos) como la responsable de acopiar el 80% del aceite para las plantas de biodiésel[12].  Sin embargo, no parecen tomar en cuenta que el aceite de soya es mucho más caro que el diésel que se importa y representa mucha más subvención, con lo cual no se cumple el objetivo de ahorrar recursos.  El precio mundial de aceite de soya al por mayor ronda los US$1,200/t que sale aproximadamente a 8 Bs/l y la tiendita al frente me vende hoy a 12 Bs/l.  Proponen que EMAPA acopie ese aceite, luego pasarlo por un proceso de transesterificación (convertir en biodiésel), que tiene su costo propio, para luego vender en la gasolinera a 3.72 Bs/l ¡Y a eso estarían declarando como ahorro!

En realidad, es lo opuesto del objetivo de ahorrar recursos y el análisis de escenarios que se hizo indica que el escenario de soya como materia prima principal para el biodiésel, no es solo el más caro sino es también el peor escenario en cuanto a seguridad alimentaria y medio ambiente.  Si sólo se abasteciera las tres plantas de biodiésel con aceite de soya se calcula una deforestación adicional de 2.5 millones de hectáreas[13].  Esa deforestación evitable sería gracias a la subvención de nosotros, los contribuyentes.

El Gobierno con mentalidad muy colonizada ha supuesto que lo que viene de afuera es mejor que lo que uno tiene.  Para que el biodiésel sea un ahorro el precio de la materia prima (el aceite vegetal) tendría que ser similar o menor al precio del diésel mismo. El gobierno no ha considerado que Bolivia tiene extensos bosques naturales con gran presencia de palmeras con frutas aceiteras ya en producción y no se ha preguntado cuánto podría costar el aceite que se produce en forma natural en mucho del oriente. Están saltando a producir biodiésel con aceite de soya que cuesta el doble del petróleo hasta que haya aceite de palma africana.  ¿No sería útil analizar el potencial energético de especies nativas en ecosistemas naturales antes de subirse al coche de la palma aceitera, cuya viabilidad y rentabilidad en las condiciones de la Amazonia Boliviana no han sido investigadas, menos confirmadas?  El período de tres meses sin lluvia y con temperaturas por encima de 40oC que sufrimos el 2023 es completamente excluyente con este cultivo. 

Simplificando, se puede dividir la Amazonía boliviana en tres grandes zonas, cada una con una palmera aceitera dominante en el paisaje.  En las tierras tropicales y subtropicales de cuencas que drenan los Andes, desde el norte de Santa Cruz hasta el norte de La Paz, incluyendo yungas bajos, domina el motacú (Attalea prínceps) que luego veremos en mayor detalle (Figura 1 y 2).  La segunda zona sería el oriente de Santa Cruz, Beni y una parte de Pando, sobre la formación geológica conocida como el escudo precámbrico, y ahí domina el cusi (Attalea speciosa) (Figura 1).  Es una especie aceitera que es la base de la economía de extracción de aceite de por lo menos 400,000 personas en el noreste de Brasil[14], conocida allá como babaçú.  Un dato de interés es que el primer vuelo de avión comercial en cruzar el Atlántico con biocombustible fue con una mezcla de aceites vegetales incluyendo de babaçú (nuestro cusi.)[15]  El cusi es tan común en partes del escudo precámbrico boliviano que lo consideran maleza en potreros de Ascensión de Guarayos, por ejemplo.

 

Figura 1. Comparación de tres palmas aceiteras.  Elaboración propia una foto del internet.

La tercera zona sería la mayor parte de Pando, que personalmente conozco menos, donde dominaría la palla (Attalea butyracea)[16] con “cientos de miles” de árboles adultos en producción que también se ha usado históricamente como fuente de aceite doméstico.

Existe un caso adicional de mucho interés, el totaí (Acrocomia totaí). No es una especie dominante en los paisajes de Bolivia, aunque es probablemente la palmera más común en las zonas aledañas a la ciudad de Santa Cruz.  Es la misma que está en toda la carretera al aeropuerto de Viru Viru y dentro del mismo.  Aquí el interés es que Brasil, donde se conoce mayormente como macaúba, la ha identificado como la especie que sería la que más aceite produce por hectárea de plantación, después de la palma africana.  En Brasil se tiene experiencia de varias décadas con el macororó, y dos décadas con la jatropha o piñón, sin embargo, su apuesta principal para biocombustible es el totaí[17] porque no tendría varias de las desventajas de la palma africana, pero principalmente porque sería más resistente a la sequía, y porque es una especie nativa.  Crece aproximadamente donde se produce soya en Brasil, pero produciría hasta 10 veces más aceite por hectárea que la soya, siendo un cultivo perenne [18](Figura 2). Es tal el interés que está despertando que en la COP 28 de Dubai la empresa Adelems Renewables anunció una inversión de 2,5 mil millones de dólares en plantaciones de totaí en Brasil[19].  Esta empresa pertenece a Mubadala Capital, el brazo de inversiones del fondo soberano de Abu Dhabi, y apunta a “la producción de 1.000 millones de litros al año de gasóleo renovable para diversos derivados y combustible de aviación sostenible”. 

 

Figura 2. Plantación de totaí para aceite en Brasil.  Fuente EMBRAPA.

Volviendo a la TCO Tacana 1, que ha rechazado la palma africana, cada habitante del lugar sabe que “siempre” se ha obtenido aceite del motacú, entonces cuando digo que las comunidades desconocen, me refiero a que nadie les ha dicho, y pocos se han preguntado, si los aceites de palmeras nativas es potencial materia prima eficaz y sostenible para biodiésel. Luego dirían “pero es caro porque es difícil de extraer, la botella de aceite de motacú en Rurrenabaque es más de 50bs.”  Cuando yo era niño había muchos más productos como champú y jabón en base al aceite de motacú en los mercados, pero fueron reemplazados por productos con aceites más baratos. Se sabe que la calidad es excelente, pero su calucha es muy dura y cuesta mucho extraer el aceite de “sus almendras” en forma artesanal o semi-industrial.  El tema crucial es que el gobierno ya inauguró la construcción en San Borja, Beni, de un ingenio para extraer aceite de palma africana[20], que tiene similares retos de caluchas muy duras, y esa infraestructura sirve exactamente para extraer el aceite de motacú ya en escala industrial.  Y tienen previsto por lo menos un ingenio extractor más de aceite en Ixiamas[21].  Comparando el aceite de palma africana con el de especies nativas, una gran diferencia es que la palma africana que impulsa el gobierno, sembrada en vivero el 2023, podría producir unas cuantas frutas recién en el 2028, y llegar a producción plena en 2032 si es que resultan ser adaptadas a las condiciones de Bolivia. En cambio, hay millones de árboles de motacú en las cuatro direcciones de San Borja, e Ixiamas, en producción, hoy (Figura 3). No sorprendería que tengan que tumbar motacuces adultos para construir los extractores de aceite de palma africana que recién podrán poner a prueba con esa fruta en 2029, mientras que podrían hacer las pruebas con el motacú mañana mismo.  Como dijo la senadora Cecilia Requena sobre el tema, “Hay que ser estúpidos.”


Figura 3.  Terreno suburbano con por lo menos 100 árboles/ha de motacú en producción, al frente del surtidor en Rurrenabaque.  Foto propia.

Habiendo explorado cuatro especies de palmeras aceiteras nativas, el estudio que se hizo para CEDLA[22] determinó que la especie de más interés en Bolivia en el corto plazo es el motacú como producto de recolección de bosque, y a largo plazo el totaí como especie de plantaciones, sistemas agroforestales o sistemas silvopastoriles, no solo para biodiésel sino también para combustible de aviación.  Está claro que a mediano plazo Bolivia debería asociarse con Brasil para investigar y establecer el cultivo del totaí, ya que es especie nativa, altamente rendidora de aceite, y adaptada justamente a las zonas ya deforestadas de Bolivia, incluyendo partes del Chaco.  En otras palabras, adaptada a las condiciones que tenemos en Bolivia, no las condiciones que tienen Colombia o Indonesia.

En el corto plazo, es decir mañana mismo, se tendría que incorporar al motacú. Por un lado, es muy abundante y como verá abajo tiene evidente potencial como fuente de aceite.  Por otro lado, el lado más importante, como producto de bosques naturales, barbechos y potreros sería una opción “de segunda generación” y “carbono-neutral”.  Muchos ambientalistas se oponen a los biocombustibles porque en general la materia prima utilizada es lo que se llama “primera generación,” cultivos que primero fueron fuente de alimento humano, y lo siguen siendo.  Para etanol se usa maíz y caña de azúcar a nivel mundial, y para biodiesel principalmente soya y palma africana.  En este escenario la producción para biocombustibles compite con la producción para el consumo humano y peor aún usa mucho combustible y otras energías en su producción, ya sea como diésel para tractores y cosechadoras, como electricidad en la producción de fertilizantes y agrotóxicos.  Adicionalmente, en Bolivia, cualquier aumento de cultivo de primera generación implica deforestación.

En cambio, las materias primas de segunda generación pueden ser productos de bosque o de cultivos como macororó, que no es de consumo humano y puede producirse en terrenos no aptos para soya o trigo. Se considera que el aceite de palmeras de bosque natural es carbono-neutral porque las frutas ya se producen en el bosque, barbecho, chaco o potrero y son parcialmente consumidas por animales o se descomponen, por ambas vías llegando a ser CO2 en forma natural.  Si ese producto se recolecta, se convierte en biodiésel y se pasa por un motor a diésel o por un motor de avión, igual llega a ser CO2, y en la misma cantidad.  Los ambientalistas del norte quisieran tener materia prima para biocombustible que sea carbono-neutral y de segunda generación, pero esos países no tienen bosques naturales extensos con palmeras aceiteras nativas abundantes, mientras que en Bolivia si lo tenemos.  No se podría tener una mentalidad más colonizada que totalmente desestimar o desconocer lo que uno tiene.

Retomando el motacú, su abundancia está relacionada a la distribución natural de la especie, en particular en las regiones donde las industrias extractoras están siendo instaladas.  En su caso se propone recolectar y aprovechar la calucha (el endocarpio duro, Figura 4.) suponiendo que el ectocarpio (la parte externa que también tienen bastante aceite) ya habría sido consumido por animales silvestres, ganado vacuno o la misma población humana.  Una tonelada de esta calucha, que contiene “almendras” de alto contenido de aceite, de acuerdo a los pocos estudios relacionados, podría rendir 365 kg de aceite[23],[24].  En el caso del cusi los animales no aprovechan el ectocarpio de la misma forma y se recolectaría la fruta entera que tiene un menor porcentaje de aceite por peso, rindiendo posiblemente 70kg de aceite por tonelada recolectada.[25],[26].  Por esta razón se sugiere comenzar con el motacú por encima del cusi, a pesar que también es muy abundante en sus sectores.  En el caso de la palla en Pando, a simple vista sería más similar al caso de motacú, pero simplemente no hemos encontrado los estudios que respalden esta opinión.

 

Figura 4.  Caluchas y almendras de motacú. Fuente: Ghen, 2005[27].

 Si la tonelada de calucha de motacú rindiera 36% de aceite de acuerdo a los estudios, el saldo también tendría valor.  Aproximadamente el 14% del total sería una torta con contenido alto en proteína y totalmente comestible para animales domésticos; una torta similar que resulta de la extracción de aceite de la soya tiene un precio aproximado de $US 600 /tonelada en el mercado nacional[28].   El 50% restante sería el material duro que rodea las almendras (Figura 4.) y que tiene alto valor calórico.  Es decir que, al igual que ocurre con la palma africana, la “calucha” se puede quemar para generar la energía necesaria para la extracción y limpieza del aceite.  Nuevamente, las plantas para extraer aceite de palma africana que se construyen en San Borja e Ixiamas, vendrían con plantas de generación de electricidad para quemar el remanente de la fruta ya procesada.  La planta eléctrica del ingenio azucarero EASBA, que está parada 10 meses del año, podría también usar la calucha como materia prima. Usar esa infraestructura a corto y mediano plazo para motacú no requiere de ninguna inversión adicional.

Habiendo entendido que el motacú es potencialmente fuente importante de aceite vegetal, otro tema es establecer qué tan bueno es el aceite de motacú como materia prima para biodiesel.  El primer motor desarrollado por el señor Diésel, fue para aceite vegetal como materia prima, específicamente aceite de maní[29]. Posteriormente se modificó para poder funcionar con aceites de petróleo fósil. Es así que cualquier aceite vegetal puede servir como materia prima, pero hay algunos que son mejores y otros que tienen que ser parte de una mezcla.  Uno de los mejores aceites convencionales para biodiesel es el aceite de palma africana[30]. El motacú y el cusi, siendo palmeras similares, tienen cualidades similares al aceite de palma africana.  La calidad es tal que pueden ser mezclados directamente con diésel hasta cierto porcentaje, sin tratamiento previo[31].

En forma anecdótica he conocido personalmente a Don Fernando Montes de Oca que fue un argentino que vino a Bolivia como pionero de la agricultura mecanizada, y a quien, en la década de 1950, le llevaban a reparar maquinaria en la Chiquitanía, donde en la época de lluvia escaseaba diésel.  Él pudo demostrar en diferentes ocasiones que la maquinaria funcionaba perfectamente con aceite de cusi en vez de diésel.  O sea que en los años 50 ya se tuvo experiencia con biodiésel en Bolivia, en base al aceite de cusi.

El siguiente tema sería estimar la abundancia y disponibilidad de esta materia prima.  En el estudio de CEDLA[32] la conclusión fue que por su abundancia y el más alto rendimiento de aceite por peso recolectado se debería concentrar inicialmente con el motacú. En los bosques de yungas bajos y tierras drenadas por los ríos desde el Piraí hasta el Madre de Dios, se han registrado estudios de abundancia que sugieren que bajo bosque natural habría un promedio de 10 árboles de motacú por hectárea[33].  El tema es que el motacú (al igual que el cusi) es resistente al fuego, entonces su presencia aumenta con deforestación ya sea para chacos o para potreros (Figura 5).

Figura 5. Potrero cerca de Rurrenabaque con aproximadamente 50 árboles de motacú por hectárea.  Foto propia.

Se piensa que podría haber un promedio total de al menos 10 árboles adultos de motacú por hectárea en la zona, incluyendo la TCO Tacana 1. Para el estudio de CEDLA se tomó una cifra muy conservadora de apenas 3,5 árboles por hectárea.  Esto quiere decir que para el eje de San Ignació de Moxos, San Borja, Rurrenabaque e Ixiamas son 500 km y tomando 10 km a cada lado de la carretera arroja un millón de hectáreas y 3.5 millones de árboles de motacú en producción, hoy.  La TCO Tacana 1, que está en el mencionado eje, tendría en territorio al menos 1 millón de árboles y yo pienso más cerca de 3 millones.  Habrá partes de la TCO que pueden ser serranía pendiente o tener menos motacú, pero en las zonas de chacos y potreros, por definición más accesibles a las comunidades, sería común que tengan entre 30 y 100 árboles por hectárea.  ¿No tendría el gobierno que evaluar el valor de este recurso antes de exigir que las comunidades deforesten para sembrar palma africana?

La carretera que va de Rurrenabaque a Riberalta también tiene aproximadamente 500 km, recién asfaltados, y en buena parte de ese tramo predomina el motacú.  En otro tramo habría posiblemente más palla, que podría tener más o menos el potencial del motacú, pero todavía no se tiene ni estudios preliminares. Hacia el sur están las TCOs de Bosque Tsimanes y el TIPNIS, menos accesibles, pero con gran abundancia de motacú. Sin hacer un estudio detallado se llega a un total razonable de 3,5 millones de hectáreas relativamente accesibles con un estimado optimista de 35 millones de árboles de motacú adultos.  El estimado conservador usado para el estudio de CEDLA basa sus cálculos preliminares en solo 3 árboles por hectárea para llegar a 10 millones de árboles adultos, con relativa accesibilidad.

Para completar estos cálculos se ha tomado un estudio de la experta boliviana en palmeras, Mónica Moraes, que ya hace varios años comparó el motacú con palma africana y cusi en cuanto a producción de aceite vegetal[34]. Concluyen que en plantación el motacú sin selección agronómica rendiría aproximadamente 1/3 de lo que rendiría el cultivo de palma africana seleccionada y domesticada durante décadas. Pero aquí no se está proponiendo hacer plantaciones, sino aprovechar un recurso natural, en pie, en forma sostenible.  Entonces hay que ver la producción por árbol, no por hectárea. El mismo estudio estima que en promedio cada árbol de motacú produce 3 cabezas por año (figura 6) y que esto representaría aproximadamente 50 kg de calucha por árbol. Determinaron que las caluchas en su estudio eran casi 50% almendra (figura 4), a su vez 69% de aceite, y 31% de “torta”.   Multiplicado por el cálculo conservador de 10 millones de árboles, sugiere un recurso potencialmente de 172 millones de kg de aceite (172 mil toneladas de aceite vegetal), por año, en producción, ahora, sin ningún costo de implementación y manejo, apenas recolección y transporte. No hay que olvidar que rendiría aproximadamente 77 mil toneladas de torta, que si fuese similar a torta de soya que vale 600$us/t, valdría 46 millones de dólares.


Figura 6. Árbol de motacú en potrero de Rurrenabaque, con 4 racimos en un momento (uno fuera de vista).  En la actualidad caen las frutas, el ganado come la parte externa conocida como “jane” (ectocarpio) y deja la “calucha” (endocarpio).  Foto propia.

¿Cuánto podría llegar a costar el aceite en este contexto? En conversaciones con diferentes personas en la zona se piensa que si se ofreciera el precio de $US 200/t de caluchas, habría mucha gente dispuesta a recolectar a ese precio, pues es un producto muy común y muy conocido. Su costo de producción se limitaría al costo de recolección y costo de transporte al ingenio.  Si el precio puesto en ingenio fuese de $US 200 /t, se estima que la tonelada de aceite de motacú podría llegar a costar $US 600/t, suponiendo que el valor de la torta podría pagar los costos de procesamiento.  Este precio representaría aproximadamente $US 0.55/l o 3.85 Bs/l y como se ha dicho una parte se puede mezclar directamente con el diésel sin transesterificación, es decir sin convertir en biodiésel. 

Este es el estimado conservador, y las cifras derivadas necesitan ser confirmadas en terreno en todo sentido.  Obviamente si se entiende el gran potencial del recurso se tendría que hacer muchos estudios más de ubicación, costos, rendimientos, mano de obra, estacionalidad y sostenibilidad entre otros aspectos a confirmar. Podría haber más árboles, fácilmente, pero podrían rendir más o menos aceite en la práctica.  Pero esto es lo que la información existente sugiere. Finalmente, se reitera que la maquinaria para extraer el aceite de motacú es la misma que se está adquiriendo e instalando para extraer aceite de la palma africana, especie que en el mejor de los casos podría comenzar a producir en el año 2028.

¿Cómo compara esto con palma africana y soya?  Obviamente de eso se trata el estudio de CEDLA[35] que además de evaluar las diferentes especies que propone el gobierno, y otras que no se ha anoticiado, también hace análisis de escenarios.  El escenario más probable a corto plazo sería que se decida hacer biodiésel con la soya.  Este es el escenario menos deseable en términos ambientales y sociales porque si se abasteciera las plantas de biodiésel solo con soya, calculo que se requeriría ampliar la frontera agrícola en 2,5 millones de ha. Si se hiciera con soya en el verano, y girasol en el invierno, la ampliación de la frontera podría ser menor, cerca de 1 millón de hectáreas, pero requeriría de insumos, grandes cantidades de diésel para dos campañas al año, sin hablar de los agrotóxicos que se aplicarían y el efecto de esa deforestación. Como se mencionó, este escenario ya se está dando con el anuncio de que EMAPA (Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos) que supuestamente existe para apoyar la seguridad alimentaria a nivel nacional, ahora va a acopiar soya para vender aceite a YPFB para biodiesel[36]. 

Es cierto que los EEUU y Brasil, el primer y segundo productor de biodiesel en el mundo[37]  usan soya como materia prima, pero sus costos de producción son más bajos, los rendimientos más altos, y venden biodiésel a precios muy por encima del precio del diésel convencional.  En Colombia, que es un productor importante tanto de diésel convencional como de biodiésel en base a palma africana, el precio del biodiésel es el doble del precio del diésel convencional[38].  En estos países y casi en cualquiera que requiere mezclar diésel con biodiésel, se lo hace como medida que supuestamente reduce las emisiones de CO2, no como medida de ahorro[39].  Al contrario, el estudio mencionado anteriormente cuestiona fuertemente el costo adicional de mezclar biodiésel siendo que, en su opinión, casi no tiene ventaja en cuanto a CO2 ya que en Europa casi todo el biodiésel es en base a materia prima de primera generación, es decir cultivos comestibles. Bélgica ha prohibido el uso de biodiésel elaborado con soya o palma africana, justamente por ser con materia prima de primera generación y con poca o ninguna ventaja en cuanto a gases de invernadero[40].

¿Y qué de la palma africana misma? Es cierto que es el cultivo que más aceite vegetal puede rendir por hectárea bajo condiciones ideales[41].  Es cierto que es el aceite con mayor volumen comercializado a nivel mundial.  Es también cierto que el aumento de su producción en los últimos 30 años ha tenido un gran impacto ambiental sobre los bosques tropicales y las poblaciones que viven en ellos.  Este impacto social y ambiental es solo excedido por la soya en estos últimos 30 años a nivel mundial[42].

El estudio para CEDLA se concentró más en la eficacia de las posibles materias primas y luego se analizó el impacto social y ambiental a nivel de escenarios.  Como se ha dicho el peor escenario sería donde el país intenta proveer todo el aceite en base a la soya, con una ampliación de la frontera agrícola de 2 millones de hectáreas (y como se explicó, a un costo de producción mayor que el costo actual de subsidiar diésel importado).  En comparación he estimado que si se abasteciera solo con palma africana habría deforestación de unas 200 mil hectáreas, que no deja de ser un gran impacto ambiental habiendo mejor alternativa.  Esta deforestación sería enteramente en bosque tropical alto.  El gobierno ha estimado que necesitaría 60 mil ha de palma africana pero no está claro cómo llegaron a este estimado ya que hay muchos problemas con sus cálculos.

Para comenzar en ninguna parte de la propuesta del gobierno hacen análisis de los costos de producción.   En este momento se está discutiendo con productores si es que el plantín va a costar Bs 7 o Bs 10, cuando esto es una pequeña fracción de los costos totales de establecimiento.  El gobierno está trabajando con asesores venezolanos, pero las semillas y la tecnología se han desarrollado en Colombia. Existe un documento reciente de CENIPALMA (el Centro Nacional de Investigación de la Palma de Colombia) sobre los costos de producción en Colombia, con su modelo[43].  Estando cerca de la línea ecuatorial y usando riego ellos apuntan a un rendimiento de 6 toneladas de aceite por hectárea que es enorme (la soya en Bolivia no pasa de 0,5 t/ha o sea 1/12 del aceite de palma en Colombia).  Pero sus costos de establecimiento son de $US 12 mil/ha en los primero 10 años y la mayor parte de eso en los primeros 4 años. Se hace un análisis detallado en el estudio de CEDLA, y quitando el riego, que no es una posibilidad en el norte de La Paz, se llega a costos para Bolivia de aproximadamente $US 10 mil /ha en terreno que ya ha sido desboscado y $US 11 mil /ha donde hay que desboscar monte alto. Se tendrían que esperar rendimientos bastante más bajos en la ausencia de riego. Se ha encontrado otras dos fuentes a nivel mundial, que coinciden en que el costo promedio de implementar palma africana tecnificada es $US 10 mil/ha.[44], [45]  El gobierno espera que los productores paguen los costos de implementación, más allá de plantines subvencionados.  Las 60 mil ha de palma de que habla el gobierno costarían $US 600 millones de dólares.  ¿Realmente piensan que las comunidades indígenas y campesinas van a pagar eso?  ¿Si no se hace en forma tecnificada cuánto podría producir?  Conozco de un caso de tres árboles de palma africana que se trasplantaron hace 15 años en Rurrenabaque (figura 7) y hasta la fecha no ha habido ninguna señal de fructificación.  Un experto en el tema me indica que esto es en parte porque junto con el cultivo hay que importar una especie de gorgojo nativo a Africa, Elaeidobius kamerunicus, para polinizar la plantación en producción tecnificada[46].

 

Figura 7 Árboles de palma africana “mejorada” trasplantados el 2009 en suelos fértiles en Rurrenabaque, y que en 15 años no han fructificado. Foto propia.

 Mas allá de los costos de implementación, algo que no habla el gobierno es que Bolivia está lejos de tener condiciones óptimas para la palma africana. Esta palmera proviene de África occidental al nivel de la línea ecuatorial y todas las zonas productoras principales están dentro de una franja de 10º Latitud Norte or Sur[47].  Cobija, la población más norteña de Bolivia está a 11.02º Latitud Sur.  Rurrenabaque está a 16º y Villa Tunari a 17º.  De más preocupación para un productor es que la palma africana no prospera donde hay época seca significativa.  En Colombia, estando cerca de la línea ecuatorial tienden a tener dos épocas de lluvias y dos épocas secas más cortas, y aun así producen palma africana con riego preferencialmente.  Desde la sequía del 2010, la Amazonía boliviana ha tendido a tener épocas secas más largas y más calientes, culminando en el 2023 que tuvo más de dos meses con temperatura máxima diaria por encima de 40ºC y más de tres meses seguidos sin lluvia. O sea que Bolivia no solo no es un lugar óptimo, es MARGINAL para la palma africana. Para esperar los grandes rendimientos que sueñan los proponentes hay que invertir aproximadamente $us 10 mil/ha pero la incertidumbre es muy, pero muy grande.  Para el colmo si Bolivia sigue deforestando el riesgo de sequía aumenta.

Para terminar con el tema de palma africana, sin tocar su posible impacto ambiental y social, hay que remarcar el tiempo que es necesario para que el cultivo produzca plenamente, aún en zona ideal.  El primer año, pongámosle 2023 se establecen semilleros.  El siguiente año, 2024 se trasplantan a masetas (Figura 9) y luego después de un año de riego continuo en macetas se trasplantan al campo definitivo (2025).  Después de tres años de trasplantadas las primeras plantas comienzan a frutear siempre que cuenten con condiciones óptimas con riego y probablemente insectos importados (es decir el 2028).  Sin riego en el campo no sabemos cuándo podrían comenzar a producir en condiciones marginales.  Pero en el mejor de los casos podría haber algunas frutas entre 2028 y 2029.  En los cálculos del gobierno, de alguna forma piensan que la palma africana va ayudar a reducir la dependencia sobre el petróleo ya a partir del 2026.  Esto es una imposibilidad. La palma africana, estrictamente en términos de eficacia, no está siquiera entre las primeras tres o cuatro especies más promisorias para Bolivia de acuerdo al estudio de CEDLA[48]. Y es peor si se toma en cuenta su impacto social y ambiental.

 

Figura 8. Después de germinar en previvero, el segundo paso es trasplantar a masetas donde las plantas pasan su segundo año.  Luego se trasplantan en campo definitivo donde después de 3 años de trasplantados, pueden comenzar a frutear bajo condiciones ideales. Fuente CENIPALMA, Colombia

Volviendo a retomar el motacú, si bien un árbol de motacú rendiría “solo” 1/3 de aceite comparado con un árbol de palma africana, no hay ningún costo de implementación, pues ya existen millones de árboles esperando que se recolecten las caluchas. Su amplia distribución y resistencia a las quemas sugiere que es a la vez adaptado, y resistente a cambio climático.

Finalmente, aunque el precio del aceite de motacú fuese la mitad del precio del aceite de soya, se necesitaría algo de subvención del gobierno.  Pero hay que preguntar a donde iría el dinero del gobierno, que es en realidad de nosotros los contribuyentes.  En el caso del subsidio a la producción del motacú el dinero iría directamente a manos de miles de campesinos e indígenas de tierras bajas, y transportistas.  No se discriminaría a los interculturales. Las caluchas de 10 millones de árboles tendrían un valor de 100 millones de dólares pagado a los recolectores. Las 172 mil toneladas anuales de aceite de motacú representan $US 103 millones y $US 46 millones de torta.  Reitero que esto sería sin inversión adicional a lo que ya están haciendo para la palma africana.  En el caso de la soya esa subvención que pagaríamos a los soyeros sería mucho mayor e iría en gran medida a pagar maquinaria agrícola importada, agrotóxicos importados y diésel para la maquinaria.  Soy claro, hay que validar y ampliar las conclusiones del estudio de CEDLA, podrían cambian muchas cifras, pero no hacerlo es una irresponsabilidad de las autoridades.

Para concluir, resulta que alguien en el gobierno en algún momento ha pensado en estos temas porque el presidente Arce en visita a Ascensión de Guarayos mencionó que las plantas de biodiésel se usarían también para aceite de cusi y motacú[49].  Fuera de este comentario no se nota interés, conocimiento o curiosidad por parte de las autoridades responsables sobre los recursos naturales de palmas aceiteras en Bolivia.  Parece que de entrada suponen que lo que viene de afuera es mejor que lo que tenemos, y a cualquier precio.  Eso es mentalidad colonizada.  Hay que descolonizar el pensamiento en cuanto a biodiésel.



[2] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

[3] https://www.opinion.com.bo/articulo/economi%C2%ADa/expertos-aseguran-crudo-liviano-impide-mayor-produccion-diesel/20081213211540299920.html

[4] https://eju.tv/2023/04/la-produccion-de-diesel-cayo-en-33-y-cubre-el-18-de-la-demanda/

[5] https://www.prensa-latina.cu/2023/09/05/bolivia-avanza-en-construccion-de-plantas-de-biodiesel

[6] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

[7] El Plan de Desarrollo Económico y Social de Bolivia 2021-2025 (PDES)

[8] https://elpais.bo/tarija/20230702_en-cuatro-comunidades-de-villa-montes-experimentan-el-cultivo-de-macororo-para-biodiesel.html

[12] https://elmundo.com.bo/biodiesel-emapa-preve-acopiar-1-000-toneladas-de-soya-por-dia/

[14] Rémillard, U. Flores, R., Fernández, X. y Rivera, C. 2012 El cusi, Attalea speciosa. Perspectivas para el desarrollo económico local.  FCBC Unión Europea.

[15] https://global.mongabay.com/news/bioenergy/2008/02/virgin-in-historic-biofuel-flight.html

[16] https://www.laregion.bo/biodiesel-en-bolivia-oportunidad-economica-u-otra-amenaza-a-la-amazonia/

[17] https://wwfbrnew.awsassets.panda.org/downloads/resumoexecutivo_macauba_final_v3.pdf

[18] https://wwfbrnew.awsassets.panda.org/downloads/resumoexecutivo_macauba_final_v3.pdf

[19] https://www.eleconomista.es/energia/noticias/12606039/01/24/macauba-la-planta-brasilena-que-busca-revolucionar-los-biocombustibles-de-la-aviacion.html

[20] https://abi.bo/index.php/noticias/politica/36-notas/noticias/economia/45090-en-san-borja-empieza-construccion-de-la-planta-de-produccion-de-materia-prima-para-biodiesel-se-invierten-bs-164-3-millones

[21] https://agronews.com.bo/produccion/agroindustria/1733-gobierno-apunta-al-acopio-de-8-900-toneladas-de-materia-prima-para-producir-aceite-vegetal

[22] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

[23] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

[24] Moraes, M., Borschenius, F. y Blicher-Mathiesen, U. 1996. Notes on the biology and use of the Motacú Palm (Attalea phalerata, Arecaceae) from Bolivia.  Economic Botany 50(4) pp. 423-428

[25] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

 

[26] Otro cusi, rendimiento de aceite

[27] Ghen, G. 2005 Attalea phalerata and biodiesel: implications for local and regional sustainability a thesis submitted to the global environmental science undergraduate division in partial fulfillment of requirements for the degree of bachelor of science. University of Hawaii.

[28] https://actualidadganadera.com/el-80-de-la-produccion-de-torta-de-soya-boliviana-se-vende-en-el-peru/

[29] https://www.reliableplant.com/Read/23464/History-lesson-diesel-engine

[30] https://www.thaiscience.info/journals/Article/ASTD/10289808.pdf

[31] Ghen, G. 2005 Attalea phalerata and biodiesel: implications for local and regional sustainability a thesis submitted to the global environmental science undergraduate division in partial fulfillment of requirements for the degree of bachelor of science. University of Hawaii.

[32] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

[33] 10 motacu por hectarea

[34] Moraes, M., Borschenius, F. y Blicher-Mathiesen, U. 1996. Notes on the biology and use of the Motacú Palm (Attalea phalerata, Arecaceae) from Bolivia.  Economic Botany 50(4) pp. 423-428

 

[35]Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

 

[36] https://elmundo.com.bo/biodiesel-emapa-preve-acopiar-1-000-toneladas-de-soya-por-dia/

[37] USA brazil leaders in bidodiesel

[38] Colombian prices for biodiesel and diesel

[39] Costos comparativos de diesel y biodiesel

[41] Matin Qaim,  Kibrom T. Sibhatu, Hermanto Siregar, and Ingo Grass 2020.  Environmental, Economic, and Social Consequences of the Oil Palm Boom. Annual Review of Resource Economics

[42]Matin Qaim,  Kibrom T. Sibhatu, Hermanto Siregar, and Ingo Grass 2020.  Environmental, Economic, and Social Consequences of the Oil Palm Boom. Annual Review of Resource Economics.

[43] https://fedepalma.org/conferenciainternacional/wp-content/uploads/2022/09/Costos-de-produccion-2021-para-la-palmicultura-en-Colombiaamhccorr.pdf

[44] D. Byerlee, W. P. Falcon, R. L. Naylor 2017. The Tropical Oil Crop Revolution: Food, Feed, Fuel, and Forests. (Oxford University Press, Oxford, UK,).

[45] T. Fairhurst, D. McLaughlin, Sustainable Oil Palm Development on Degraded Land in Kalimantan 2009. (Tropical Crop Consultants Limited, United Kingdom and WWF, United States of America).

[46] Ruth Silva, comunicación personal

[47]Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.

 

[48] Robison D.M. en publicación. Análisis de la eficacia de especies potenciales como materia prima para la producción de biodiésel en Bolivia: posibles impactos sociales y ambientales - Enfoque en el Norte de La Paz y Sur de Beni.  CEDLA, La Paz Bolivia.