Sunday, November 27, 2016

Guardaparques del Norte, SocioPáramo y la Crisis del Agua



En el 2006, cuando apenas comenzaba a gobernar el MAS se declaró que una de las primeras tareas del nuevo gobierno sería nacionalizar los Parques Nacionales[1] .  Los que trabajábamos en el rubro nos sorprendimos ya que al tratarse de áreas protegidas nacionales (fuesen Parques, Reservas o AMNIs – Área Natural de Manejo Integrado) ya pertenecían a todos los bolivianos.  Sin embargo, esto resultó ser parte de un paradigma, que tiene en el vice-presidente García Linera el proponente más reiterativo, donde las áreas protegidas serían un concepto del Norte, para beneficio del Norte y sin un valor tangible para los bolivianos.  Por ende, en reiteradas ocasiones se ha repetido que no debemos ser guardaparques del Norte[2] ya que seguiríamos siendo pobres[3], una óptica que llevada a la práctica ha dejado al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) muy debilitado, y con su desarrollo bloqueado a partir del 2006. 

Ahora nos toca revisitar este paradigma oficial, considerando la sequía que sufrimos no solo en Bolivia sino también en Perú y muchos países, especialmente del sur de África, y la escasez de agua, súbita y aguda, que se está sintiendo. Esta escasez habría sido sorpresiva a nivel oficial, a pesar que desde años atrás se tiene amplia evidencia de que el cambio climático está haciendo desaparecer los glaciares[4], principal fuente de agua en ciudades alto andinos. Y a pesar de haber informes de presas con bajos niveles en diferentes regiones del país aún en la época de lluvia[5] del año pasado.

Desde 1990 hasta el 2005 el SNAP creció esencialmente de cero hasta contar con 22 áreas protegidas (AP) para una extensión de 182.716 km2.  Infelizmente desde el 2005 el sistema nacional no ha aumentado un milímetro, aunque a nivel departamental y municipal, y principalmente en tierras bajas, se han agregado nuevas áreas bajo un manejo especial, a pedido local, obedeciendo a prioridades locales como el turismo y el mantenimiento del servicio de agua.  En comparación, que yo sepa, no ha habido expansión de áreas de protección de cuencas en todo el alto andino, que es la zona que proveía de agua a varias ciudades importantes de Bolivia.

Para ser claro, en el desarrollo anterior del SNAP se había dado mucha prioridad al tema de biodiversidad y bosques en buenos estados de conservación, y ninguna prioridad a zonas de cuencas altas estratégicas para la población humana.  Es decir, el sistema actual protege zonas de páramo en excelente estado, pero están lejos de las poblaciones y/o en el lado “equivocado” de la Cordillera Oriental, con respecto a la crisis actual.  Además, mientras ha estado muy presente en las discusiones de las últimas semanas la importancia del bosque para generar agua, discusión del rol del páramo ha estado ausente.







Figura 1. Páramo del Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Cotapata.  Recogiendo agua hacia la vertiente oriental de la Cordillera Real.

 Al mismo tiempo, de numerosos gobiernos que aportaban recursos financieros al SNAP antes del gobierno del MAS, ahora queda solo la Unión Europea contribuyendo y en forma precaria.  Esto obedece a muchas razones, pero en suma se debe a que el manejo especial de áreas estratégicas, ya sea para conservar la biodiversidad, o para manejar las cuencas ha sido de última prioridad para este gobierno, supuestamente porque solo beneficia al Imperio.  Es decir, la Cooperación está bienvenida a aportar directamente al TGN, pero solo puede fiscalizar en forma gruesa los gastos en temas de conservación de biodiversidad y/o cuencas.  La UE aporta bajo estas condiciones, en forma controversial, simplemente para que el sistema no desaparezca.

Algunos se acordarán que en junio del 2015 salieron tres Decretos Supremos permitiendo la exploración petrolera en las áreas protegidas[6] y el 25 de noviembre de este año, tres leyes permitiendo exploración y explotación en tres áreas específicas[7]. Esos decretos del 2015 también relativizan los derechos de las comunidades indígenas, que en muchas partes del país tienen una alianza estratégica con las AP para proteger los bosques, o son dueñas de territorios que se sobreponen con las AP.  Estos decretos fueron un indicio más de la implementación del paradigma contrario a la conservación y las áreas protegidas que ya se había evidenciado en la insistencia del Gobierno en construir una carretera por la mitad del Parque Nacional y Territorio Indígena Isiboro Sécure más conocido como TIPNIS y dos mega represas en la Reserva de Biósfera Pilón Lajas y el Parque Nacional Madidi, más conocido como el parque más biodiverso del mundo. 

Vale agregar que el funcionario al mando del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP), un exgobernador de Potosí sin ninguna experiencia en manejo de recursos naturales, es de la opinión que las mega represas en Bala y Chepete son una buena idea ya que podrían significar ingresos para las áreas afectadas[8]. Un mínimo de análisis muestra, poniendo a un lado el gran impacto, que los posibles ingresos recién se producirían de aquí a 15 años y serían un monto claramente menor a lo que se podría percibir de apostar por el turismo, siendo Madidi el Parque más diverso del mundo.  Y esto sin mencionar que hidroeléctricas de menor escala podrían instalarse en otros lugares, con menor impacto, y así se podría tener Bolivia tranquilamente las DOS fuentes de ingresos al mismo tiempo. 

Hace unos días García Linera admitió no haberse bañado por tres días debido a la falta de agua.  Por otro lado, dijo que ha investigado el tema y que no habría relación entre los árboles y el agua ya que Italia tiene muchos menos árboles que Bolivia, pero todos en Italia tienen agua[9].  Si me pongo botas de goma y sigo esa lógica llegamos a la conclusión de que debemos seguir talando para llegar a un nivel de deforestación como Italia, y ahí todos tendríamos agua…  O visto de otra forma, se podría señalar que Bolivia no solo tiene muchos más árboles por habitante que Italia, sino también mucha agua fresca por persona -- en papel -- y que el hecho de que un buen porcentaje de bolivianos estén sin agua fresca tiene que ver más con la [falta de] calidad de manejo, planificación, políticas e implementación de políticas que con el número de árboles.

Irónicamente, en este mismo período Bolivia ha sido muy activo a nivel internacional con el tema de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático.  Un estudio reciente, y muy completo, de países amazónicos con respecto a estas políticas tiene unas 13 páginas de análisis para Bolivia[10], 10 para Brasil, y apenas 3 para Ecuador, los muy chambones.  Es decir, si hubiese un campeonato mundial de políticas de cambio climático nos habríamos clasificado directo al mundial y estaríamos peleando las finales.  Infelizmente perderíamos todos los puntos “en mesa”, ya que no se aplican las políticas declaradas en terreno boliviano.  Ahogándonos en papeles, y declaraciones frente al cambio climático nos hemos quedado sin lagos históricos y sin agua potable para muchos.

Ha habido bastante tinta gastada en este tema, “que no sabíamos”, “que no nos han dicho”, que “vamos a enjuiciar a los responsables”.   Pero ¿quién es responsable si es que un Gobierno declara a la madre tierra y al cambio climático como banderas de guerra, pero a nivel de terreno no hace nada, o peor, hace lo opuesto de lo que dice?

Se defienden indicando que se ha invertido más de 1100 millones de dólares en riego y agua potable en los últimos años[11].   Infelizmente eso se puede comparar directamente a una fiesta donde hay una sola coca cola.  La solución del gobierno ha sido salir a comprar 1000 vasos, pero no asegurar más coca colas.  O sea, en algunos vasos va a quedar 1 gota y en otros no tendrán nada.  Si no se intenta aumentar la cantidad de agua disponible, o mínimamente conservar el agua en las cuencas de origen, entonces no importa cuántos sistemas de riego, cañerías y alcantarillados extiendas, no alcanzará el agua.

Existen dos grandes tipos de soluciones a mediano y largo plazo para aumentar el agua disponible en forma sostenible.  1. Obras de ingeniería que traigan agua de lado húmedo de los Andes, como en Misicuni, y  2. Procesos de conservación y recuperación de cuencas altas estratégicas.  Por el contrario, obras que simplemente captan más y más agua de deshielo de los glaciares, si bien proveen agua a “corto plazo”, a mediano plazo también verán sus fuentes agotadas y nos dejarán todavía más colgados.

Sobre la primera opción no tengo mucho que decir.  Yo me imagino que a futuro habrá más obras de esta naturaleza, pero son costosas y demoradas. Por ejemplo, Misicuni ha comenzado el 2009, lleva varios años de retraso y Cochabamba sigue sin suficiente agua[12].  La figura 2 muestra la relación de la Presa Misicuni con el valle de Cochabamba, la vertiente oriental de la cordillera, el páramo que rodea la presa (que genera el agua) y el bosque montano más abajo en la cuenca.
Figura 2.  La presa Misicuni y el Valle de Cochabamba tomada de Google Earth.


En contraste, para la opción 2 tengo dos ejemplos muy concretos de soluciones.  Primero, el Ecuador, que con un  discurso a nivel internacional muy similar al de Bolivia, y a pesar de tener menos volumen de políticas declaradas,  internamente ha tenido acciones totalmente diferentes, congruentes y concretas, implementando desde el 2008 el programa “SocioBosque” y luego el programa “SocioPáramo”.  En resumen, SocioBosque es un programa para propietarios privados y comunidades que pueden demostrar tener bosque natural en sus tierras.  Registras las tierras con el Ministerio del Ambiente, se analizan por satélite, y te registras para que seas pagado para proteger el bosque, si está en buen estado.  Si es bosque secundario degradado, hay otros pagos para recuperar, o para reforestar, si es necesario. Los pagos varían de acuerdo al estado de la tierra.  Tú haces un plan y luego hay desembolsos, en efectivo, de acuerdo a las ejecuciones del plan.

En vista del éxito de SocioBosque, el gobierno ecuatoriano implementó el programa SocioPáramo.  No se usa la palabra páramo tanto en Bolivia (y ha sido ausente del diálogo sobre la crisis del agua), pero en Perú, Ecuador y Colombia se entiende por páramo el ecosistema alto-andino, tropical “esencial” para la regulación hídrica (Figura 3).  En general queda por encima de los límites naturales de los bosques, aunque puede haber bosquecitos en lugares más protegidos.  En su estado natural la vegetación del páramo ayuda a precipitar la humedad de la casi eterna neblina y el ecosistema entero funciona como una esponja maximizando tanto la captación como el almacenamiento del agua, purificándola de paso.  Cuando está degradado, el sistema funciona como un ladrillo, precipita menos agua y escurre inmediatamente, con sedimento, cuenca abajo.
Resultado de imagen de Paramo
Figura 3. Imagen aleatoria de páramo tomada de la internet.

En Bolivia el páramo correspondería a la Puna, pero por alguna razón no le asignamos el mismo valor de regulación hídrica que en otros países, aunque en estado ecológico aceptable, funciona exactamente igual.  Es una lástima porque, aunque no sea bosque es igual de esencial protegerlo, especialmente porque es el ecosistema predominante cuenca arriba de poblaciones como La Paz, el Alto, Oruro, Cochabamba y Potosí.  Infelizmente en muchos casos estas cuencas se parecen, por ahora, más al ladrillo que a la esponja. Y hablando de ladrillos, en Bolivia el páramo es muy asociado con la minería, epecialmente en la Cordillera Oriental.  Esta actividad ha sido, y es, fatal en relación a su capacidad como ecosistema para juntar, almacenar y proveer agua de buena calidad.

En el programa SocioPáramo de Ecuador, si eres propietario o - más comúnmente - si tu comunidad tiene tierras de páramo, el gobierno ecuatoriano te paga para proteger y/o recuperar el páramo que te corresponde y que todos saben (por lo menos en Ecuador) que es esencial para abastecer a la gran población del valle central de agua potable año redondo. Es decir, el gobierno paga a las comunidades por asegurar un servicio ambiental: la provisión de agua.  Hay que aclarar que con la caída del precio del petróleo los pagos a SocioBosque y SocioPáramo se han frenado.  Sin embargo, aunque Correa termina su última gestión en enero, hay intenciones de la Cooperación Internacional de apoyar esta iniciativa y tiene buenas perspectivas de continuar.
Ahora, en Bolivia hay un problema, ya que en el paradigma del Gobierno no se debe pagar a la gente o a comunidades por los servicios ambientales, ya que esto sería “mercantilizar a la Madre Tierra.”  O sea, en esta ideología no hay problema con pagar a los choferes para traer camiones cisternas desde el Beni para repartir agua en La Paz, pero no sería correcto pagar a comunidades para compensar el costo de recuperar y conservar sus áreas de páramo, para asegurar aguas en los embalses en forma permanente.  En términos bolivianos, está bien ideológicamente pagar a Juancito Pinto para que estudie, pero no se debe pagar a su comunidad por prestar un servicio ambiental para beneficio de la sociedad en general.
El otro ejemplo concreto que tengo es el PN y ANMI Cotapata (Figura 1).  Allá por el 2004 coordinamos la elaboración del plan de manejo del área y entre las comunidades que participaron estaba Chuquiaguillo (un pueblo aledaño a La Paz en cuyas tierras está la presa Incachaca, que hasta hace poco abastecía de agua a La Paz y que ahora es lodo rajado).  Si bien el área protegida comenzaba (y sigue comenzando) con la divisoria de aguas, Chuquiaguillo participó como área de influencia. En otras palabras, el límite del AP justo termina donde comienza la cuenca que abastece de agua a La Paz (tanto para la presa Incachaca como la de Misicuni).  El AP protege la cuenca que drena hacia Coroico, Caranavi, Zongo y el Amazonas, pero no hacia La Paz.
La comunidad de Chuquiaguillo propuso que los límites del AP (bajo categoría de ANMI) se extiendan para incluir las tierras altas de su comunidad.  Su interés era fomentar el turismo, pero más que todo, asegurar el agua.  Porque a pesar de que las tierras de la comunidad drenan hacia la presa de Incachaca y en años normales provee de agua a la ciudad, la comunidad misma tenía ya problemas de agua.  La propuesta de ampliación fue discutida en forma participativa, aceptada, priorizada y quedó como tema importante del Plan de Manejo (Figura 4.).  Y ahí quedó.

Figura 4.  Challando el resumen del Plan de Manejo de Cotapata incluyendo la propuesta de ampliación de límites. De derecha a izquierda: el representante de Chuquiaguillo (presidente del entonces Comité de Gestión), el representante del SERNAP y el autor. Noviembre, 2004.

Así, debido al paradigma del Gobierno, las áreas protegidas nacionales no se han extendido desde el 2006 por ningún motivo.  Y lejos de llevar 8 a 10 años de manejo y recuperación de cuencas, compensando a las comunidades (Caso Ecuador), se ha dejado que estas zonas tengan concesiones mineras funcionando hasta el presente (Figura 5) como constató El Diario[13].  Los mineros indicaron que no sacan agua de la presa, pero es más que lógico que el agua que usan habría nutrido a la presa y es probable que las aguas servidas lleguen a contaminar la misma.  La misma situación se presenta en la presa Milluni (Figura 6)[14].

Figura 5. Actividad Minera en inmediaciones de la presa de Incachaca, El Diario, 25 Nov. 2016


Porque la otra dimensión del paradigma del Gobierno es su apoyo incuestionable e incondicional a todo emprendimiento extractivo.  Esto explica sus constantes intentos de vulneración de la integridad de las áreas protegidas y de los derechos de los pueblos indígenas a decidir sobre los procesos y proyectos de desarrollo dentro de su territorio.   Su modelo también fomenta a la mega inversión, con una visión cortoplacista de la generación de ingresos para el Estado, que permitiría financiar las inversiones y subsidios populistas que ayudan a mantener al MAS en el poder, gracias a un voto clientelista.  Pero ese modelo, no muy diferente del criticado neoliberalismo del imperio, es el que ahora empieza a pasarnos la factura en forma visible.

Más allá de los discursos y sermones internacionales del Gobierno, éstas han sido las prioridades reales que han primado en los últimos 10 años, y ahora vemos sus consecuencias.  A llenar baldes se dijo.  Pero ¡ojo!...tome agua mineral en botella, porqué la otra está contaminada.

Figura 6.  El nevado Huayna Potosí y parte de la laguna Milluni.  En esta cuenca también se ha permitido minería, contaminando hace años a la primera fuente de agua para La Paz y el Alto. Foto Karin Allgoewer.


[1] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36818
[2] http://latribuna69.org/los-que-vivimos-en-el-sur-no-somos-los-guardaparques-del-norte/
[3] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=204630
[4] Drobison blogspot Rodrigo Mariaca
[5] http://www.erbol.com.bo/noticia/regional/08022016/cinco_regiones_afectadas_lluvias_retrasadas_y_presas_semivacias
[6] http://www.paginasiete.bo/nacional/2015/6/20/tres-decretos-allanan-explotacion-petrolera-parques-nacionales-60585.html
[8] http://www.paginasiete.bo/nacional/2016/11/11/bala-chepete-sernap-mejorara-ingresos-116649.html
[10] http://wwf.panda.org/wwf_news/?251078/Polticas-pblicas-de-los-pases-amaznicos-y-cambio-climtico-reas-protegidas-como-estrategias-de-adaptacin
[14] http://www.revistasbolivianas.org.bo/scielo.php?pid=S1813-53632009000200006&script=sci_arttext