Thursday, September 12, 2019

Ardemos, nos quemamos … ¿y ahora? - por un agroecólogo en el Beni



Bolivia está ardiendo en las redes sociales debido a los incendios forestales masivos al sureste del país.   Más de dos millones de hectáreas de boques y savanas se han quemado desde el 5 de Agosto, de acuerdo a diferentes fuentes[1],[2],[3].  Resulta que Brasil también está ardiendo, con más de 70,000 incendios identificados, 85 % más que el año pasado[4],[5].   También Paraguay está en llamas, y en verdad, lo mismo sucede con el África Subsahariana[6] (Figura 1).   Recientemente han habido incendios masivos e inusuales en Alaska, Portugal y Siberia y Julio fue el mes más caluroso para el mundo desde que comenzaron los registros[7]. El Huffington Post postula que "toda la economía global sería cómplice de la destrucción de la Amazonía"[8]. Si bien estaría de acuerdo con esa afirmación, la Figura 1 muestra que el problema básico se extiende más allá de la Amazonía a los trópicos en general.  Me queda claro que las políticas gubernamentales de los últimos 13 años en los países tropicales le han echado gasolina al fuego de una situación estructural con respecto al uso de los recursos naturales en los trópicos.
 
Figura 1. Captura de pantalla de una imagen de la NASA mostrando focos de calor en el mundo _a fines de agosto, 2019[9].
 En los trópicos, una temporada de incendios ocurre anualmente, aunque este año parece ser diferente: los incendios en la Amazonia y el Pantanal se iniciaron tempranamente, la escala es preocupante, y se añade la inquietud profunda de que estemos ya en ciclos de retroalimentación en el contexto del cambio climático (mayor discusión más adelante). De cualquier modo, todos los años en esta época de quemas, surge un clamor gritando las siguientes preguntas:

“Esto es horrible, ¿por qué alguien no hace algo?"
“¿Por qué será que la gente quema tanto en la Amazonía?"
“¿Quiénes son los culpables de estos incendios?

La buena noticia (en realidad, la de menor gravedad) es que la temporada de quema es un fenómeno anual y mucha gente se olvida de ello una vez que comienzan las lluvias y todo verdea una vez más. Aunque las quemas empezaron antes de lo habitual, hasta ahora en la Amazonia boliviana, el 2019 está dentro del rango de los últimos 15 años, según la NASA[10], y todavía no es tan malo como el 2010 en términos de área quemada[11]. Los peores incendios en Bolivia este año han ocurrido alrededor del Bosque Seco Chiquitano y en zonas de Chaco o Pantanal que en realidad se encuentran en la cuenca del Río de la Plata. Esta es una parte muy inflamable del país con incendios frecuentes, pero este año han sido particularmente extensos, intensos, letales, y siguen ardiendo.

La mala noticia es que las quemas han sido ya muy preocupantes durante los últimos 30 años y la gente por lo general no está consciente de ello. La muy, muy mala noticia es que muchos hemos estado trabajando en busca de alternativas a la quema, la deforestación y la consecuente degradación de la tierra en los trópicos durante más de 30 años y no hemos alterado significativamente las tendencias.  Junto con mi difunta esposa, he tenido una granja experimental en la Amazonía boliviana, cerca de Rurrenabaque, durante 21 años con el propósito de evaluar alternativas a la quema y puedo confirmar que no hay solución mágica ni mucho menos.

La noticia más grave aún es que si bien existen políticas que los gobiernos pueden tomar para frenar o revertir estas tendencias, no se les da prioridad, o peor se hace lo contrario. El presidente Bolsonaro y el presidente Morales, aunque en teoría en los extremos opuestos del espectro político, han coincidido en políticas que fomentan con bombo y platillo la conversión de los bosques tropicales en tierras de cultivo y pastoreo. Bolsonaro fue elegido con una plataforma para debilitar los esfuerzos de conservación y "desarrollar" la Amazonía.  Parece que había una demanda latente para abrir nuevas áreas y como Bolsonaro ahora no va a multar a los infractores, después de varios años de quemas menos extensas, este año hay muchísimas.  Evo Morales ha declarado una devoción a la Madre Tierra hacia el exterior, y hace pocos días declaró “¡Planeta o Muerte!” en Leticia, Colombia[12]. Pero hace 6 semanas, Evo Morales anunció con orgullo una iniciativa y una nueva ley para expandir la frontera agrícola en Bolivia en 5 millones de hectáreas[13], encima de otras tres leyes similares desde el 2015.   Las políticas de ambos presidentes pasan absolutamente, necesariamente, por la quema de los bosques tropicales naturales.

Hay polémica sobre la hipótesis que la Amazonia se acerca a un punto de inflexión y no retorno[14].  De ser así, el Bosque Seco Chiquitano estaría mas cerca o ya pasando ese punto. Este bosque es más susceptible a quemas descontroladas, y tendría tiempos más largos de recuperación[15]. Y debido a la carretera nueva al Brasil, queda mucho más accesible y ha sido lugar de varios esquemas de ampliación de frontera agrícola en los 14 años que el MAS lleva en el poder[16].  Hay nuevos asentamientos de colonos altoandinos (ahora denominados "interculturales"), Menonitas, agroindustriales y Brasileros[17].  Todos ellos se instalan con quemas, y hay denuncias que los colonos estarían volviendo a prender los fuegos que habían sido controlados[18].

Entonces, ahora que está claro quiénes son los responsables directos del “Infierno 2019,” ¿qué debemos hacer?  En las redes sociales muchos piden declaratoria de desastre nacional, abrogación del Decreto Supremo 3973, abrogación de ley 741 y “una pausa ecológica sin intervención humana”. Las primeras medidas ayudarían con la situación actual, pero una pausa ecológica supone dejar súbitamente de quemar. ¿Será factible para los cienes de miles que vivimos en el trópico boliviano?  Pocos preguntan qué se tiene que hacer a largo plazo, más allá de querer prohibir la quema, y aún menos preguntan:

¿Cuán exitosos han sido los esfuerzos previos para contrarrestar la deforestación y la quema, y qué podemos aprender de ellos?

Mi tesis de doctorado, a mediados de los años 80, fue sobre el análisis de alternativas al chaqueo (el termino para agricultura de tumba y quema en Bolivia) en el Alto Beni, Bolivia[19][11], y rápidamente me cansé de las conferencias internacionales que repetían una y otra vez lo grave que era la deforestación, la precisión con que podían medirse sus tasas y sus graves consecuencias, incluido el cambio climático (sí, esto estaba claro hace más de 30 años). Lo que no se enfatizó fue el análisis de alternativas. Las personas en el terreno, “usuarios locales de recursos" (ULR), son quienes efectivamente cortan los árboles, cazan y / o provocan incendios, por diferentes motivos (mayor discusión, más abajo). Para que cese la quema y la deforestación, tienen que haber alternativas que sean más atractivas para los ULR.  

Brasil intentó durante muchos años controlar los incendios con medidas penitenciarias, utilizando satélites y helicópteros, pero no es factible encarcelar, ni siquiera multar, a millones de agricultores y ganaderos.  “No quemar” tiene que ser más atractivo que “quemar” para el ULR, para que se detenga las quemas.  Luego de décadas de esfuerzos, en los hechos la quema aún es más atractiva para la mayoría de los lugareños y, como se señaló, nuestros gobiernos la están alentando activamente y la economía mundial es cómplice.

Bien, entonces, ¿qué debemos hacer? 

Es útil revisar la prevalencia global de la quema en los trópicos y las razones detrás de esto.  Cada año en nuestra parte del mundo, la “temporada de quemas” está marcada por incendios, paisajes carbonizados y humo en general. En Bolivia, desde mediados de Junio hasta finales de Septiembre, el humo se vuelve cada vez más generalizado. La tierra que unos meses antes estaba cubierta de exuberante vegetación, se reduce a tocones humeantes, troncos y otros fragmentos de árboles (Figura 2). En las tierras bajas bolivianas, cada año parece tener mas humo que el anterior, es decir, es casi intolerable. Se ve tanto humo que uno se pregunta si algún día llegarán las lluvias.
Figura 2 Un chaco de mi vecino después de tumbar y quemar un bosque secundario alto cerca de Rurrenabaque, Bolivia, en 2015.  Foto: Dan Robison


 El 15 º de Septiembre es tradicionalmente considerado como el peor día para el humo en el sur de la Amazonía.  Hice un viaje memorable en esa fecha por una carretera en Rondonia, Brasil, en 1992. Tuvimos que detener el vehículo con frecuencia porque el humo era demasiado espeso para conducir con seguridad.  Cada año, los aeropuertos regionales en toda la Amazonía se cierran oficialmente cuando la visibilidad se vuelve inaceptable.  Hace unos años hubo informe de un piloto que no pudo aterrizar una avioneta en una pista de aterrizaje dentro de un parque nacional en el norte de Brasil debido al humo de una quema cercana. Ni siquiera podía ver la punta de las alas de su nave.

Es importante recalcar que no es solo en la Amazonía donde se producen quemas cada año en áreas boscosas. En total cuento 17 países solo en América Central y del Sur, donde existe agricultura de tala y quema en zonas húmedas y subhúmedas. En estos mismos países es difícil distinguir el humo de los chaqueos de las quemas anuales que se producen en las vastas tierras de pastoreo en las mismas regiones (Figura 3).

Figura 3. Quema anual en sabanas naturales en el Beni, Bolivia, dentro de la cuenca del Amazonas y colindante con Rondonia, el epicentro de incendios forestales y deforestación de Brasil. Foto: Gabriela Villanueva, agosto de 2019.
Aunque existen grandes diferencias sociales, se repiten prácticas similares en otras regiones tropicales y subtropicales del mundo. Por ejemplo, en el sudeste asiático, hay un fenómeno anual donde se forma una gran nube de humo sobre la región y se acumula progresivamente hasta que llega la época de lluvias[20]. Algunos años los aeropuertos de Jakarta y Kuala Lumpur tienen que cerrar. Indonesia culpa a Malasia y Malasia culpa a Indonesia. La quema se atribuye a la deforestación, siembra de palma africana, a la quema de turba y, más generalmente, a la agricultura de tumba y quema[21].[13]. Lo que generalmente no se menciona es que esta forma de agricultura ha sido históricamente un uso importante de la tierra desde el noreste de la India a través de Birmania, Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam, Indonesia, Malasia y Papua Nueva Guinea. En términos generales, es común tener arrozales en las tierras bajas y agricultura de tumba y quema en las alturas. En Asia es menos común tener tierras de pastoreo, pero donde ocurren hay una quema similar.

Recientemente, el problema del humo de la quema de rastrojos de cultivos en la India ha resultado en una calidad de aire intolerable en las principales ciudades[22].

En África subsahariana, la agricultura de tumba y quema puede considerarse como el uso dominante de la tierra en muchas zonas donde hay suficiente lluvia para que la vegetación natural sea un bosque o una sabana "guinea" de pastos altos (Figura 4). En las zonas subhúmedas, la sabana se quema mucho, si no la mayoría de los años, incluso dentro de los Parques Nacionales[23]. Juntas, estas prácticas explican los focos de calor casi continuos ilustrados en la Figura 1.
Figura 4. Mi hermana, rodeada por una sabana de guinea recientemente quemada en Burkina Faso (entonces Alto Volta) en 1982. Posteriormente, la capa superior del suelo se habría juntado en montoncitos para sembrar cultivos, luego se dejaría en barbecho para volver a quemar despues de unos años. Foto. Dan Robison

 Una vez más, una "buena noticia" es que en todo el mundo, estas estaciones de quemas varían con la latitud, y generalmente se compensan entre los hemisferios norte y sur debido a sus estaciones lluviosas y secas generalmente opuestas. Esto significa que, si bien la gran nube de humo en el sudeste asiático está desapareciendo debido al inicio de la temporada de lluvias, las nubes de humo apenas comienzan a acumularse en la Amazonía. Parte del problema es que cuando finalmente llueve, la tierra, en promedio, se pone verde, el aire se despeja y la gente se olvida de esto hasta la próxima temporada de incendios (compare las figuras 5 y 6).

 
Figura 5. Otra propiedad vecina justo después de una quema, cerca de Rurrenabaque, Bolivia. 2nda quema después de bosque alto en el 2010. Foto Dan Robison.
Figura 6. El mismo potrero del vecino (en la figura 5), 2 años más tarde, la mayoría de los troncos se habrían podrido. Foto Dan Robison

Por el momento no distinguiremos entre sistemas africanos, asiáticos o americanos. Basta reconocer que hay muchos, muchos millones de agricultores y ganaderos (ULR) de muchas culturas y lenguas, que tumban y queman, o simplemente queman la vegetación para crear las condiciones para el crecimiento de un cultivo o forraje. Muchos millones de personas hicieron esto antes de que naciera la persona más vieja del mundo. La gente no se imagina el impacto a nivel regional o mundial, pero en su conjunto las quemas son un problema inmenso y reiterado. Algunos califican quemar como comportamiento irracional, tema que tocaré más abajo. 

El mejor análisis científico de este fenómeno en África, y realmente en todo el mundo, se publicó ya en 1960, “El suelo bajo agricultura migratoria.”[24]. Aunque la proporción de las quemas que se puede atribuir a la agricultura migratoria es cada vez menor, mientras la proporción debida al pastoreo aumenta, las razones fundamentales de  las quemas permanecen.  En muchos sentidos, nuestro conocimiento no ha mejorado mucho desde ese libro, especialmente en el tema más importante, que es la respuesta a la pregunta¿Cómo podemos finalmente, alterar estas prácticas de forma definitiva?

Dicho de otra forma ¿cómo se puede lograr que los ULR opten por no quemar?  

Para dar un contexto, es importante comprender que la quema se produce en cuatro escenarios generales. 1. El primer escenario ocurre en todo el mundo donde la vegetación natural es bosque tropical, y existen prácticas tradicionales de roza, tumba y quema de pequeña escala. Allí, se tumba y se quema un área pequeña de bosque y se siembra una variedad de cultivos en las cenizas. Las cenizas fertilizan temporalmente el suelo y reducen su acidez, mientras que el fuego mata las plantas, enfermedades e insectos no deseados. Ambos generalmente hacen posible la producción de alimentos y fibra, especialmente en suelos ácidos. Después de cosechar los cultivos, se permite que el chaco se haga barbecho (conocido como el período de barbecho) y después de varios años, se repite el ciclo: el bosque se roza nuevamente, se tumba nuevamente, se quema nuevamente, se cultiva nuevamente y se deja el barbecho nuevamente.  

Cuando este sistema se practica con baja densidad de población y alto conocimiento humano (algunas comunidades indígenas), el sistema es neutro en carbono (el barbecho finalmente recupera el carbono y el nitrógeno oxidados en la quema) y en realidad puede aumentar la biodiversidad general al impulsar la sucesión[25].   En condiciones muy tradicionales se puede considerar como cultivar en rotación con el bosque natural.   Cuando la densidad de población se incrementa, los períodos de barbecho no son lo suficientemente largos como para restaurar las reservas de carbono y la tierra entra en un proceso de degradación (figura 7). En ambos casos, los URL generalmente se consideran bastante pobres. Ningún agricultor se hizo rico con la agricultura migratoria o la agricultura de tala y quema.

 
Figura 7. El mosaico de bosque y chacos producido por la agricultura itinerante de tumba y quema en Arunachal Pradesh, India. Foto. Dan Robison

2. El segundo escenario concierne las quemas para el pastoreo de ganado vacuno.  Para este fin, en algunos casos, los bosques tropicales se talan y se queman directamente para crear pastizales, y en otros casos la tierra que anteriormente estaba bajo cultivo migratorio se consolida en tierras de pastoreo.  Y en muchos casos hay pastizales naturales, con pastos que tienen un uso limitado para el ganado y que se queman anualmente para controlar especies leñosas y proporcionar un rebrote más sabroso.   Independientemente de cómo la tierra quedó bajo pastoreo, la cobertura se quema con frecuencia.

En América Latina la gran mayoría de las zonas quemadas, y el mayor número de incendios cada año, ocurren en tierras de pastoreo. La mayoría de las imágenes mostradas en periódicos y compartidas en línea son de tierras de pastoreo en llamas. A veces, estas imágenes están claramente en el área del Amazonas, muchas veces están en las regiones del Pantanal o Chaco que corresponden aproximadamente con la cuenca del Río de la Plata. No tiene sentido separar los dos, porque son parte del mismo gran problema estructural. De hecho, el ecosistema que generalmente está en mayor riesgo son los bosques secos tropicales. Esencialmente han desaparecido en todo el mundo precisamente porque son muy susceptibles al fuego. Bolivia tiene una de las últimas extensiones de bosque seco tropical natural, precisamente este Bosque Seco Chiquitano que está en gran riesgo ahora.

Es relevante para la Chiquitanía, y los incendios actuales, que la forma más rápida de consolidar el derecho a la tierra, bajo nuestro gobierno actual, es quemar y sembrar pastos.

3. El tercer escenario donde ocurren las quemas es cuando los bosques tropicales se convierten directamente a cultivos perennes (palma africana, cacao, caucho y caña de azúcar -figuras 8 y 9), y cuando van en aumento los cultivos anuales mecanizados (principalmente la soya), como sería en el caso notorio de la Chiquitanía. La única noticia "buena" aquí es que el bosque solo se quema, repetidamente, al principio. Sin embargo, esa tierra, continuamente cultivada, tiene muy pocas posibilidades de volver a convertirse en  bosque, y el carbono del bosque que se quema es transferido en forma permanente a la atmósfera. En la mayoría de los casos, es la peor alternativa de los diversos usos de la tierra, pero a veces es la más “rentable”, debido a políticas gubernamentales de subvención, y a que en el cálculo de rentabilidad se asume que el bosque reemplazado no tiene ningún valor.
Figura 8. Parte de 4.500 ha de bosque primario amazónico recientemente deforestadas para cultivar caña de azúcar para un ingenio estatal en San Buenaventura, Bolivia. Google Earth, Agosto 2019

Figura 9. Limpieza de tierras para la caña de azúcar en EASBA (Figura 8), San Buenaventura, Bolivia. El bosque alto húmedo es arrastrado por cadenas tiradas entre dos orugas. Los árboles, raíces, tocones y tierra superficial son empujados hacia grandes hileras (a la derecha) y quemadas varias veces. Las cenizas se reparten de nuevo sobre tierra. Foto: EASBA.

 
4. Un cuarto escenario para las quemas es cuando el fuego de cualquiera de los tres escenarios anteriores sale de control. Esto ocurre anualmente, especialmente en los pastizales.   Los bordes de las tierras de pastoreo y las tierras de pastoreo son donde la mayoría de los incendios se producen y, en mi opinión, donde la mayor parte del humo, y la más densa, se produce.  Los incendios no se escapan cada vez que un ULR realiza una quema, pero cuando sucede, significa que las condiciones son “propicias” y pueden generalizarse, como está ocurriendo en la Chiquitania. Donde ocurren incendios forestales, la cobertura de la tierra que se ha quemado se vuelve cada vez más propensa a arder con cada ciclo.

Una consideración general de contexto es el cambio climático. Aunque ha habido durante mucho tiempo quemas en el interior de la Amazonia, y especialmente en sus deshilachados bordes, esto varia de año en año, dependiendo de la severidad de la estación seca. También parece variar con la cantidad de lluvia en la temporada de lluvias. Cuanto más llueve en la temporada de lluvias, más combustible se produce. Si esto es seguido por una estación seca relativamente húmeda, las quemas son “normales”. Sin embargo, si una estación lluviosa bastante húmeda es seguida por una estación muy, muy seca, se convierte en un asesino "golpe doble". Se produce primero mucho combustible, seguido de condiciones propicias para el secado, la combustión y la propagación.

Experimentamos este golpe doble en el 2010. Por primera vez en la memoria, partes del bosque alto húmedo de la Amazonia boliviana se incendiaron y siguieron ardiendo. En nuestro caso, el vecino de nuestro vecino quemó un pastizal. El fuego saltó al pasto de nuestro vecino y en menos de 10 minutos había recorrido 500 metros y saltado a nuestro bosque alto natural. Nos tomó tres días con 8 personas apagar el fuego. Históricamente, los bordes de los bosques se chamuscarían, pero el fuego pronto se agotaría. Sin embargo, si las condiciones empeoran, los bosques amazónicos están llenos de diferentes especies de palmeras que comúnmente son altas en aceites y contribuyen al fuego de diferentes maneras. Algunas palmeras explotan, expulsando chispas y hojas ardientes, mientras que otras arden de manera uniforme y prolongada, y junto con el rastrojo del bosque y los nidos de termitas, son muy difíciles de extinguir. Es el infierno. 

Períodos lluviosos y secos más extremos son exactamente lo que se predice con el cambio climático en el área. Si bien la conversión de bosques tropicales en tierras de cultivo y pastoreo está contribuyendo al cambio climático, otros factores (a saber, el uso histórico y actual de los combustibles fósiles) que impulsan el cambio climático en todo el mundo están teniendo un impacto en los trópicos. El aumento de la quema está claramente causando que las condiciones locales se sumen al cambio climático general, aumentando la probabilidad de incendios. Este es el ciclo de retroalimentación aterrador mencionado anteriormente. 

¿Qué se debe hacer al respecto? ¿Prohibir?

Hace algunos años hubo una conferencia de cambio climático en Bali (COP 13) y una de sus principales conclusiones fue que detener la deforestación en los trópicos sería la forma más económica de reducir emisiones globales de gases de efecto “invernadero”. Cuando vi esto, me reí. Suponía que después de la conferencia, todos tomarían un avión de vuelta, subirían a un automóvil o tren y regresarían a su hogar con calefacción o aire acondicionado. Me imaginé una reunión que pudiera tener con mis vecinos Tacanas (indígenas) que han estado practicando la agricultura migratoria durante muchas generaciones en forma carbono-neutro. Es probable que nunca hayan conducido un automóvil, calentado o enfriado una casa o subido a un avión. Podríamos concluir que la forma más económica de reducir emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global sería que la gente deje de usar coches, aviones, calentadores, acondicionadores de aire y deje de usar diésel para producir granos para engordar el ganado vacuno.   Estaríamos tan en lo cierto como los conferencistas de Bali.  

La gente de las zonas templadas diría, “pero necesitamos automóviles, aviones y calefacción para vivir.” Mis vecinos Tacanas podrían decir, “Bueno, necesitamos fuego para vivir”.

Cuando salgo a La Paz me doy cuenta que hay gente que pasa una hora en minibús para ir a trabajar y otra hora para volver a casa.  Eso personalmente me parece un comportamiento irracional, pero me dirían “así es mi situación, no tengo alternativa”, y me clasificarían como elitista.  He visto en los EEUU que hay gente que conduce un auto para llegar al trabajo.   No es nada raro que se tranquen y no avancen durante 15 minutos con el motor prendido.  Para mi eso es comportamiento irracional.  Me dirán “es mi decisión personal, no tengo alternativas.”  Pero imagínense que todos los adultos del mundo pasen 15 minutos al día solos en un auto con el motor prendido sin ir a ninguna parte. Puede parecer una decisión racional en lo individual, pero en lo colectivo es totalmente irracional.  Así es el fuego en los trópicos.

La conservación beneficia a todos, pero ciertas personas, como los usuarios locales de recursos (ULR) o las personas que conducen al trabajo, pagarían un precio mucho más alto por cambiar sus prácticas. Siempre parece más barato si la gente que no conoces paga el precio y tu sigues viviendo como siempre, haciendo lo que creas más conveniente y denunciando la quema en la Amazonia.

Podría parar aquí.   La mayoría de la gente lo hace. Los inviernos llegarán a Europa, y la gente va a refrescarse y olvidarse del calor. Las lluvias llegarán a los trópicos, los cultivos y los pastos reverdecerán y el ganado se propagará.   Hasta la próxima temporada de quema ...

Pago por servicios ambientales (PSA)
No voy a parar aquí porque hay una generación completa de esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático, incluyendo la conferencia de Bali, que en términos generales tiene en cuenta lo que he estado diciendo.  Comenzando con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río, 1992), la gran idea fue que las empresas y los países que “contaminan” pagarían a los países y entidades que conservan, en lo que se conoce como “pago por servicios ambientales” (PSA). En teoría, los países más desarrollados, los máximos responsables de la acumulación histórica de carbono en la atmósfera, pagarían a países menos desarrollados para utilizar la tierra de manera que contaminen menos.  Habría un mercado global de carbono, donde, por ejemplo, a los países tropicales se les pagaría por no deforestar y no quemar.

El Protocolo de Kyoto (tratado firmado en 1997 que entró en vigencia en 2005) tenía la intención de poner esto “en cemento”. Estados Unidos participó en el desarrollo del protocolo, lo firmó, pero se negó a ratificarlo a nivel de tratado (que necesita la aprobación de su Congreso). Este iba a ser un acuerdo vinculante, pero cuando el productor más rico y más grande de gases de efecto invernadero (en ese momento) no participó, esta idea abortó. Que yo sepa, ha habido algún comercio de carbono entre países europeos, pero nada de esto se extendió a los países tropicales donde sigue ocurriendo la quema y deforestación discutida en este artículo.

El Acuerdo de París (2016), que es un marco voluntario, habría sido un paso en la dirección correcta, pero el presidente Trump retiró a los EEUU de este acuerdo.   Por muchas razones, muy poco de esta discusión a nivel internacional, desde 1992, ha tenido algún impacto en el terreno, al menos en Bolivia, y aún menos en los que toman la decisión de quemar o no.

No es solo culpa de los líderes estadounidenses y los ciudadanos estadounidenses que los han elegido. Como sugiere el artículo del Huff Post citado anteriormente, la economía mundial es cómplice.  En Bolivia y Brasil, los contextos que mejor conozco, tanto el presidente Morales como el presidente Bolsonaro son hostiles a la idea de los PSA, y por razones similares, aunque su filosofía declarada es muy diferente. Ambos consideran que el PSA es una idea imperialista y/o conservacionista, diseñada para evitar que los países de la Amazonía se desarrollen como deseen. En Bolivia hay una forma de pensar y hacer muy complicada (con el Vicepresidente como su mayor exponente) donde la Madre Tierra sería sagrada, protegida en la Constitución y amparada por leyes del 2010[26] y 2012 que declaran los Derechos de la Madre Tierra[27]. Dentro de este paradigma está prohibido "mercantilizar a la Madre Tierra" (aceptar pagos por conservar los ecosistemas y sus funciones esenciales). Sin embargo, en la práctica, el gobierno Bolivia ha fomentado la deforestación, la quema y la soya transgénica para el producir “biodiesel” o para su venta a la China[28], pero esto no sería mercantilizar a la Madre Tierra. O sea, en la práctica, se puede violar a la Madre Tierra dejándola en cenizas, pero no se puede aceptar pagos para compensar los costos asociados con tener una buena y saludable madre. 

Cuando Morales llegó al poder el 2006 Bolivia tenía (en términos absolutos y relativos) la mayor área en el mundo de bosques tropicales certificados bajo estándares del Consejo de Administración Forestal (FSC)[29]. En su mayoría eran bosques (tanto secos como húmedos, incluyendo la Chiquitanía) manejados por concesionarios privados, con algunos bosques de propiedad comunitaria o propiedad de pueblos indígenas que habían pasado por un proceso de certificación. En la práctica esto significaba que podían vender su madera certificada a precios más altos en un mercado fiables de los EE.UU. y Europa. Esto promovía una mejor regeneración de especies útiles y mejor eficiencia del uso de la madera. Posiblemente el resultado más importante de la certificación era aumentar el valor percibido del bosque. Mientras el esquema funcionaba, esos bosques certificados estaban cuidadosamente protegidos porque "valían mucho" para los beneficiarios locales.

El área bajo certificación creció rápidamente para llegar a más de 2 millones de ha en el 2006.  De ahí bajó rápidamente para quedar ahora en poco más de 500,000 ha certificadas[30]. Esta idea, entre muchas otras similares, fue desalentada por el gobierno de Morales, obstruida y desincentivada porque se consideraba una idea imperialista y “mercantilización de la Madre Tierra”.  En el mismo período, y con el mismo discurso Ecuador ha desarrollado un programa “Sociobosque” donde el Estado paga al dueño, o a la comunidad dueña, por cada hectárea de bosque natural que protege.  Obviamente quemarla no sería opción.  En contraste, el gobierno quiso quitarme una propiedad con fines de ecodeporte cerca de Rurrenabaque que queda con más del 80% bajo bosque natural, alegando que no la estaba utilizando.  Logré sanearla porqué el número de caballos que tenemos sobrepasa el número necesario para justificar su función económica social (FES).  Al final tengo título ejecutorial firmado por el Presidente Morales porque tenía suficientes cabezas de una especies introducida, no porqué estaría protegiendo al menos 194 especies de aves e incontables otros animales en el bosque natural, sin hablar de proteger la cuenca y amortiguar a la Reserva de Biosfera Pilón Lajas.  Esta última situación no te da ningún derecho a la tierra en sí, no tiene ningún valor en los reglamentos de INRA.

Está quedando expuesto que en la Chiquitanía los colonos consideran que quemar el bosque les da mayor seguridad jurídica con respecto a la tierra.

Valor relativo de bosques y mano de obra.
¡Nos estábamos olvidando de aquellas personas en terreno que realmente toman una decisión ya sea para quemar o no!  Primero, como en cualquier pueblo del mundo, existe una amplia gama de agricultores y ganaderos, desde ricos hasta peones sin tierra. La mayoría tienen aspiraciones reconocibles tales como tener una familia, que los hijos reciban una educación y que lleguen a tener una vida mejor que sus padres.   En mi contexto, por ejemplo, hay una pequeña crisis cada año cuando todo el mundo tiene que comprar nuevos uniformes escolares para que sus hijos puedan participar en el desfile del 6 de Agosto. O la abuela se ha puesto muy enferma y las cuentas tienen que ser pagadas.   Las personas sin ingresos formales y regulares tienen que considerar seriamente qué pueden hacer para generar más ingresos. En el contexto de la Amazonia, la tierra y los bosques se consideran relativamente abundantes. En contraste, la mano de obra es el factor más limitante. Las personas pobres no pueden permitirse el lujo de contratar a otras personas y lo más valioso que tienen las personas es su propio trabajo, con o sin acceso a la tierra. 

En el caso de chaqueo tradicional, después del segundo año de cultivo, deshierbar se convierte en más trabajo que rozar y tumbar más bosque para quemar. Es posible, en teoría, continuar desmalezando con un machete, pero la cantidad de alimentos que puede producir ese terreno en nuevos ciclos de cultivo es menor, contra más y más trabajo. Por lo tanto, te mudas a una nueva área de bosque, talas y quemas, pues allí la rentabilidad de tus operaciones está más o menos garantizada. El viejo campo queda en barbecho.

En el caso de los pastos, es también posible eliminar malezas con un machete, pero puede tomar fácilmente 10 días/hombre por hectárea. Por lo tanto, un pastizal de 10 ha podría llevar a una persona casi 3 meses de trabajo en el sol. Ese mismo pasto puede quemarse en una o dos horas. Si el ganadero tiene un tractor y una desbrosadora, no muy común en Bolivia, la limpieza de ese pastizal podría representar al menos 20 horas de tractor, o puede quemarse en una o dos horas.   Estas son enormes diferencias en los costos de mantenimiento, en un contexto donde - reitero - los nuevos uniformes escolares son un problema importante. Desde una sala de conferencias, los expertos podrían determinar que esto es comportamiento irracional, y los ULR responderían “es mi situación, es mi decisión, no tengo alternativa y eres un elitista por querer prohibirme.”

En los últimos 30 años, o más, el principal uso alternativo de la tierra que se ha propuesto en los trópicos del mundo es la agroforestería. Desafortunadamente, el área bajo agroforestería en América Latina y África no ha cambiado mucho (fuera de unos sistemas basados ​​en café y cacao, y un ejemplo relevante más abajo), mientras que la población humana en las regiones relacionadas se ha duplicado. Tengo más blogs planificado para explorar este problema, pero concluiré aquí mencionando que tengo un experimento de 20 años en mi granja cerca de Rurrenabaque que compara un sistema agroforestal altamente diverso (Figura 10), que nunca se quemó, con un sistema de pastoreo con alto contenido de carbono (Figura 11) en el que quedan tantos árboles como sea posible, y sólo se quemó una vez para el establecimiento de la pastura.

Figura 10. Sistema agroforestal multiestrato de 20 años de edad en mi granja cerca de Rurrenabaque, Bolivia.

 
Figura 11. Sistema de pastoreo con alto contenido de carbono en mi granja cerca de Rurrenabaque, Bolivia.

Comencé el experimento con altas expectativas de mostrar la buena rentabilidad de la agrosilvicultura. Me encantaría informar que después de 20 años estos sistemas son comparables en términos económicos de su retorno al trabajo o su retorno a la tierra, pero no puedo. Los ingresos del sistema ganadero (que reitero no es convencional) son al menos 10 veces los ingresos de la agrosilvicultura, cada año. Desde el punto de vista de un agricultor que haya invertido trabajo, mi sistema agroforestal - en suelos muy pobres - proporcionaría un salario diario de aproximadamente $ US1/día.  El sistema de ganadería de alto contenido de carbono, justo al lado, e implementado el mismo año, proporcionaría al menos $ US12 /día (14/dia incluyendo aguinaldo y finiquito). Confío en que está claro que en nuestro contexto $ US1/día está lejos de ser un ingreso adecuado, mientras que $ US14 / día está en el lado inferior de un ingreso digno.

Estas cifras variarán considerablemente con la calidad del suelo, la experiencia del agricultor y especialmente los precios del mercado local. Es fundamental señalar que hay un área de Bolivia, el Alto Beni, donde los suelos son mucho mejores y los costos para comercializar son la mitad de los costos en mi región (en otras palabras, pueden producir mucho más con costos mucho más bajos que los míos). La agroforestería de diferentes tipos es así una alternativa real en el Alto Beni, con relativamente poca quema.  Hoy casi no se ve pastoreo de ganado y no solo abastece a La Paz de fruta, también abastece a esta parte del Beni.  Es más barato comprar fruta de Alto Beni que producir uno mismo aquí.  En efecto, con producir fruta y cacao ahí se gana mejor que teniendo ganado. Hay una organización ECOTOP, con base en Alto Beni, de renombre mundial que investiga y promueve sistemas agroforestales, también a nivel mundial[31]. Alto Beni es donde se ubica la Central de Cooperativas El Ceibo, también de renombre mundial, que produce cacao orgánico y convencional con integración vertical, hace más de 30 años.

Sin embargo, el Alto Beni no es representativo de la gran Amazonía boliviana, y mucho menos representativo de las áreas que conozco en las regiones amazónicas de Brasil, Perú, Ecuador y Colombia.   En todas estas áreas, se considera que el bosque natural casi no tiene valor, mientras que la tierra de pastoreo deforestada, no importa cuán degradada, tiene valor real de mercado.   El valor del bosque alto se mide en relación con su potencial para ser eventualmente despejado y convertido en tierra de pastoreo.  El bosque no tiene valor, a nivel local, como los "pulmones del mundo".  Proteger los pulmones del mundo no te compra zapatos para el desfile escolar.  Tumbar el bosque y quemarlo para pasturas sí te lo permite.

Quedaría claro entonces, que esta relación entre el valor del bosque a nivel local y el valor de la tierra deforestada es una responsabilidad de todos los que desean preservar los 'pulmones del mundo'.  Una solución comúnmente propuesta es dejar de comer carne de res. Si suficientes personas hicieran esto, podría resultar en un precio más bajo para la carne de res a nivel mundial, pero no aumentaría el valor de los bosques tropicales.   Un resultado de los precios más bajos de la carne de res podría ser que los ganaderos sientan la necesidad de tener más pasto y animales para continuar ganándose la vida, porque ganarían menos por animal o por hectárea, aumentando así la deforestación.

Cambiar las tendencias del uso de la tierra en todos los trópicos (o cambiar el modelo de producción, como se dice desde cómodas salas de conferencias) está muy lejos y requerirá un esfuerzo concertado a nivel mundial, nacional y local. En la actualidad considero que el objetivo de "preservar el Amazonas" está más lejos de lo que estaba hace 10 o 15 años, debido a los líderes que hemos elegido. Muchas de las iniciativas para dar mayor valor al bosque que se han intentado podrían funcionar mucho mejor con verdadera voluntad política en los diferentes niveles.

Para las personas que han leído hasta aquí, considero que lo mejor que pueden hacer a corto plazo es trabajar para elegir líderes que creen en la ciencia, creen en la justicia social y ambiental, creen que el cambio climático ya está sucediendo, creen que es responsabilidad de todos buscar soluciones y están dispuestos a trabajar con humildad con otros países.


[2] https://www.eldeber.com.bo/santacruz/El-fuego-gana-la-batalla-a-los-bomberos-y-la-lluvia-los-reivindica-20190826-9577.html?fbclid = IwAR2UJ1ujtcF6Om3NDp7VnuWliNwNTLiXmIdgN6Ejhxzcb0dqNpS-jBtHj0o

[3] http://www.raibolivia.org/incendios-se-han-quemado-18-millones-de-hectareas-en-bolivia/
[10] https://earthobservatory.nasa.gov/images/145464/fires-in-brazil

[11] https://es.mongabay.com/2019/09/bolivia-roberto-vides-bosques-incendios-forestales/?fbclid=IwAR341K9EqMHJqwJJsKON9xQZrTCrbAYCAwQ8z6VCzETQSRvsZIXPYcgDfl8
[12] https://www.paginasiete.bo/sociedad/2019/9/6/evo-en-colombia-proclama-planeta-muerte-culpa-al-calentamiento-global-230049.html
[13] https://www.paginasiete.bo/sociedad/2019/8/25/en-13-anos-evo-aprobo-cuatro-leyes-que-afectan-bosques-tierras-228660.html?fbclid=IwAR3WUjuY0Z_egui3N0EydkSomDupcAvkZMqqqqqqqqqqqqqqqqqq

[14] https://www.researchgate.net/publication/323341184_Amazon_Tipping_Point
[15] https://es.mongabay.com/2019/09/bolivia-roberto-vides-bosques-incendios-forestales/?fbclid=IwAR341K9EqMHJqwJJsKON9xQZrTCrbAYCAwQ8z6VCzETQSRvsZIXPYcgDfl8
[16] https://es.mongabay.com/2019/09/bolivia-roberto-vides-bosques-incendios-forestales/?fbclid=IwAR341K9EqMHJqwJJsKON9xQZrTCrbAYCAwQ8z6VCzETQSRvsZIXPYcgDfl8
[17] https://es.mongabay.com/2019/09/bolivia-roberto-vides-bosques-incendios-forestales/?fbclid=IwAR341K9EqMHJqwJJsKON9xQZrTCrbAYCAwQ8z6VCzETQSRvsZIXPYcgDfl8
[19] Robison, DM 1987. Una evaluación basada en el suelo de la sostenibilidad de una alternativa de entrada cero al cultivo migratorio en Alto Beni, Bolivia. Tesis (en inglés) Doctor en Filosofía., Departamento de Ciencias del Suelo, Universidad de Reading, Reino Unido.
[20] https://www.bbc.com/news/world-asia-34265922
[22] https://www.reuters.com/article/us-india-pollution-insight/the-burning-truth-as-farmers-set-fire-to-fields-delhi-braces-for-choking-smog -idUSKCN1MP10F
[24] PH Nye y DJ Groenlandia. 1960  El suelo bajo cultivos cambiantes . 156 pp. Illus. Tech. Comunicación 51. Commonwealth Bureau of Soils . Farnham Royal. Bucks Inglaterra
[27] https://bolivia.infoleyes.com/norma/2689/ley-de-derechos-de-la-madre-tierra-071

[28] https://www.paginasiete.bo/sociedad/2019/8/25/en-13-anos-evo-aprobo-cuatro-leyes-que-afectan-bosques-tierras-228660.html?fbclid=IwAR3WUjuY0Z_egui3N0EydkSomDupcAvkZMcqqqqqqqqqqqqqqqqqq

[29] http://gftn.panda.org/?2517/Bolivia-becomes-world-leader-in-FSC-certified-tropical-forest